Escándalo de acoso sexual en El Caramanchel

Escándalo de acoso sexual en El Caramanchel

Hace unos días se «destapó» el escándalo de supuesto acoso sexual que vivió una chavala estando en El Caramanchel. 

Ella dice que un hombre le tocó el trasero y que el dueño en vez de defenderla la corrió del local por haberse defendido del supuesto agresor.

Ella escribió una nota en su Facebook para contar lo ocurrido y que todos se dieran cuenta que El caramanchel es un bar cultural Machista, a como ella lo llama. Ahora el caramanchel recibe muchas críticas, sobre todo porque han dicho apoyar los derechos de las mujeres. (Ejemplo de esto los conciertos que apoyaban de Gaby La Baca Loca) El Caramanchel, al darse cuenta de esa nota escribió otra disculpándose por el acoso que vivió Solange.

Les dejamos la nota de Solange Saballos y la carta de disculpas que emitió dicho bar.

El caramanchel: bar cultural MACHISTA

El caramanchel, machismo en todo su esplendor.

Era una noche como cualquier otra cuando se celebra algún tipo de actividad en el bar `El caramanchel`: las mesas llenas, mucha gente por todo el bar de pie o sentada en los desniveles del local platicando y un ambiente que me pareció acorde a mis gustos. Acababan de terminar de tocar las bandas (entre ellas Ocarina, Reactivo, etc…) y me dirigí a la barra del bar con una amiga –Ana Sánchez- para ver quienes quedaban luego del toque y de paso usar el baño.

Miré a un sujeto gordo, moreno, de camisa negra y gorra negra que me miro, sonriendo. No le hice caso por no ser un conocido mío, así que seguí caminando detrás de mi amiga sin ponerle atención. De repente, sentí un apretón en mi nalga derecha de lo más descarado y atrevido. En cuanto di la vuelta me topé con el gordo de gorra negra que seguía sonriendo, bajaba la mirada y sacaba su billetera para disimular.

No pude contener mi furia e indignación de verme ultrajada de tal manera, delante de tanta gente. Alcé mi brazo, hice de mi mano un puño y le di un buen golpe en la cara al degenerado. Alcancé a ver como mi amiga soltaba un ‘iiihg’ y se tapaba la boca con ambas manos; las demás personas se giraron para vernos. Yo hervía de rabia y seguía con el brazo al aire, dispuesta a darle otro golpe si se atrevía a intentar hacerme daño.

De la nada me encontré frente a frente con un personaje gordo, de lentes, moreno y camisa verde que se identificó como el dueño. Con un tono que pretendía ser prepotente –más sin darse cuenta que lo que sonaba era llanamente ridículo- de su parte, se dio el siguiente intercambio de palabras:

Dueño: Oye, ¿y qué te pasa? Este no es lugar para golpear gente.
Yo: Ese hombre me agarro las nalgas.
Dueño: No es cierto, solo estaba sacando su billetera. Yo lo vi.
Yo: No es verdad, me dio un apretón y se esta haciendo el disimulado.
Dueño: Te digo que no es cierto, te estoy viendo.
Yo: ¿¡QUE ME AGARRO LAS NALGAS, NO ENTIENDE!?
Dueño (ya con tono “prepotente”): ¿Sabés que yo soy el dueño?
Yo: Pues me vale verga.
Dueño: Voy a tener que pedirte que te retires y no volvas a entrar.
Yo: No hace falta, porque ya me voy a la mierda.

Salí caminando rápido, arrechísima, con mi amiga detrás de mi y el dueño “escoltándonos” a la salida. No tengo reparos en decir que usó un tono de lo más agresivo e incluso se me acerco en una actitud tan amenazante que me temí una agresión por la cual tuviera que dar justicia otra vez por mano propia.

Ya afuera nos retiramos un poco de la entrada yo y mi amiga y vimos al dueño decirle al vigilante que no nos dejara entrar. Cosa que me alteró aún más por haber sido víctima de una injusticia de lo más machista. Sobre todo en un local que se precia de ser “pro-cultura” siendo no otra cosa que una careta para atraer clientes, pues en un lugar realmente con “cultura” no se daría la situación en la que la víctima es expuesta a violencia de género y castigada por actuar en defensa propia.

No me quedé de brazos cruzados. Le dije a todos los que estaban afuera lo que había pasado tal y como fue, que no me importaba si me dejaban afuera pero que esta actitud tan machista y deplorable no iba a quedar impune. Incluso una amiga mía me dijo que le había pasado lo mismo: que un sujeto la manoseó y ella casi le da con una botella. Mis amigos me felicitaron por haberle dado su merecido al vulgar; varios desconocidos simpatizaron con mi manera de proceder y otros se quedaron echando verbos sobre ambos personajes (el vulgar y el dueño del local). Incluso se lo dije al vigilante, y que no me enojaba con el porque entendía que era su trabajo acatar órdenes del machista bruto de su jefe.

Con esto, demando en primer lugar que se haga de conocimiento PÚBLICO el actuar del dueño/amo/poseedor de tan “culto” bar que permite que las mujeres suframos de los atropellos que sufrimos a diario incluso cuando nos estamos divirtiendo, sin afán de armar alborotos.

Segundo, quiero una disculpa de la misma índole: PÚBLICA. Si saldrán con argumentos del tipo sexista de que estaba “provocando la situación” por mi manera de ser o de vestir, temo informar que andaba una falda casi a las rodillas y que, aunque anduviera una diminutísima falda, nadie tiene jamás ni nunca porque faltarme al respeto.

Tercero, hay una ley llamada Ley en contra la violencia hacia las mujeres, que espero tengan muy en cuenta sino quieren que asuntos agravados por ineptitud del dueño al tratar con sus clientas se salgan de sus manos.

Y cuarto y último, con esto no pretendo dañar la imagen del bar ‘El caramanchel’ sino que mejoren su trato con las mujeres y no permitan que seamos “víctimas culpables” (cosa que NO existe) sino que castiguen al agresor que, al recibir su merecido, se precia de ser atacado por una malvada mujer que no le permitió demostrarle su admiración por tener un trasero tan palpable.

Muchas gracias, se despide:

Solange Estrada Saballos, una clienta desilusionada.

Disculpas Publicas

Como todos ustedes saben el bar Caramanchel se a caracterizado por su ambiente pacifico, agradable un lugar donde la podes pasar bien, el incidente ocurrido el Sabado con Solange nos tiene realmente preocupado ya que en ningun momento nosotros estamos protegiendo o a favor de un agresor, todo lo contrario lo que buscamos es darle el ambiente mas agradable a nuestros clientes y amig@s que nos visitan.

En nombre del bar estamos pidiendo disculpas a Solange y a todoas las mujeres,por haber sido victima de este acoso, y el error por parte nuestra de no haber actuado de la manera adecuada. lo que logramos ver fue un golpe en el rostro de un cliente y lo que menos queriamos era que se produjera un incidente mayor.

Si estamos de acuerdo ahora que manejamos como ocurrio todo en el actuar de Solange respaldamos su posicion y ante todo respetamos la integridad de la mujer..

No solo estamos pidiendo disculpas por lo ocurrido, si no comprometiendonos a mejorar en la segurirdad interna de nuestro local, estamos a favor de escuchar todas sus criticas y mejorar en todo, con la mayor brevedad..

Nota:

Hemos estado buscando como comunicarnos directamente con Solange, si alguien nos puede facilitar su numero celular o convencional con gusto se lo agradeceriamos…..

¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Será que en El Caramanchel si permiten el acoso a las mujeres o fue un mal entendido?

Actualización 11 de Julio:

Sin ánimo de hacer más grande la cosa… así amaneció hoy El Caramanchel. La foto fue publicada por @confidencial_ni y luego eliminada, pero como dice el viejo refrán: «El Internet no olvida, El Internet no perdona» aquí queda. – @jorgecerda

caramanchel