Así estamos de que Trump invada Venezuela, Cuba y Nicaragua

Así estamos de que Trump invada Venezuela, Cuba y Nicaragua

Como típico nica, yo no le tengo miedo al trabajo. Pero si vos venís y me decís que descanse un ratito mientras alguien más me va a hacer la tarea, tiro al lampazo y enciendo la televisión en punto cero tres milisegundos.

Pues eso está sucediendo últimamente. Después del análisis de hoy sobre Daniel Ortega y sus vasallos del primo abecedario, vino el otro primo, Emila, y me mandó un comentario sobre el discurso electorero de Donny (Peluca) Trump ayer en los Mayamis. Lo cual me cae como anillo al dedo porque yo no tenía pensado hablar de ese «acontecimiento». Más que todo porque es el típico grito que hace un cantante cuando está en mero concierto para emocionar al público: «hagan una bulla Managua Nicaraguaaaa».

En otras palabras, no significa nada.  Solo que Donny está en elecciones y le interesa garantizar el voto hispano de la Florida (sobre todo después de la debacle de su muro).

Trump anuncia el “clásico” entre EEUU y Latinoamérica

Por Emila Persola

Donald Trump dio ayer un discurso histórico en la Universidad Internacional de Florida. Su discurso fue dirigido principalmente como aliciente de esperanza de “libertad” a la comunidad venezolana asentada en Miami. Pero también por extensión e inclusión fue un discurso dirigido a la comunidad cubana –la de los éxodos derivados del 59–; al igual que a la comunidad nicaragüense, a ese pueblo Azul y Blanco autoconvocado desde el 19 de abril del 2018, hoy todavía en resistencia.

El discurso de Copetín dirigido desde Miami, puerta simbólica de Estados Unidos hacia Latinoamérica, también por extensión fue el anunció de unas nuevas relaciones entre Estados Unidos y América Latina, que en realidad no son tan nuevas, sino más bien son viejas, y el anuncio de tener “abierta todas las posibilidades” contra el ejercito de Venezuela, en realidad fue el aviso de la reanudación de “un clásico”; es decir, la vieja política exterior de los gringos hacia el resto del hemisferio: la Doctrina Monroe.

Melanie Trump, figura de poca presencia en los discursos público de su esposo Copetín, quien cogió el micrófono y fue directo al grano emplazando a las fuerzas militares venezolanas; claro y pelado les cantó su Mateo 12:30 “O están con Guaidó (conmigo) o se los lleva la Ching@¢#∞” …otra versión de “Vamos con todo” que también le gusta usar a Masacrín.

En retrospectiva, debemos recordar que EEUU le había quitado esta mirada a Latinoamérica desde la caída del Muro de Berlín. Y principalmente a partir del ataque a las Torres Gemelas, el ejercito gringo en su rol de caza-terroristas se asentó en Afganistán, extendiendo su venganza por el resto de Medio Oriente en una cruzada que duraría casi dos décadas. Esta no finiquitaría oficialmente hasta el año pasado que el mismo Copetín anunció el retiro de sus tropas de Siria. Y con ello cerraba un capítulo desgastante para el ejercito gringo: casi el de una derrota técnica –y definitivamente mediática– pues por las regiones donde puso su mano pachona, si las había encontrado “feas”, las terminó dejando “trompudas”; puesto que aniquilando cabezas, regeneró a la medusa: la botada de dictadores y regímenes se le convirtió en avisperos: Hermandad Musulmana, ISIS-Irak, ISIS-Siria, y para qué si al final de todo el perro se mordió la cola: al reconocerse imposibilitados de aniquilar a El Talibán, los gringos recientemente han concluido por pactar acuerdos políticos esa tribu afgana.

En retrospectiva 2: América Latina todo ese tiempo pudo darse un suspiro de no tener la bota del Imperio sobre su cabeza. En ese lapso, poco a poco, casi todas las fuerzas de izquierda Latinoamérica reaccionaron y conquistaron el poder político por vías electorales: los pueblo los eligieron, les dieron la oportunidad de oro a que pusieran en practica sus proyectos. Viva el socialismo! Viva la revolución!…todo iba tuanis; Viva el Ché!, Viva Sandino! Viva Farabundo Martí!, y todo seguía tuani… Pero en eso, a un trasnochado se le ocurrió decir: Viva Chávez! Viva Evo! Viva Daniel! Y el caudillismo megalómano del castrismo empezó a infectar al continente.

El Socialismo de Siglo XXI –que consistió, sí, en proyectos sociales, asistencia a los más favorecidos y todo lo que querrás… pero a costa, sacrificó la democracia representativa por elecciones de guayola, por dedazos y con ese dale a las relecciones indefinidas. Con esa carta debajo de la mesa el Socialismo del Siglo XXI, mostró la inviabilidad de su modelo, el que después se maleó, se empantanó, se pudrió… Ya apesta! El socialismo de Chávez, reproducido por Ormo, empezó a tejer sus redes de corrupción – o sea, las mismas trastadas por las que la izquierda había luchado y cuestionado por tanto tiempo a la derecha-; en esa misma sopa de gallina terminaron esas alitas y chincacas. Ninguno de los dos están dispuestos a practicar la TRANSPARENCIA, ninguno de los dos estuvo nunca dispuesto a jugar limpio: uno cuidó los intereses de las elites, el otro operó por cuidar los intereses de los clanes.

En retrospectiva 3: Latinoamérica tuvo la oportunidad de adoptar el modelo social, tal vez no como el de los países nórdicos, pero sí acercarse tal vez a modelos de izquierda, por ejemplo, como el Uruguay de Pepe Mujica, quien a pesar de pasar también encerrado su buena piña de años como Masacrín, a aquel no le entró ni por comer parado, ni por llegar 3 horas tarde a todo, ni por andar de moclín, ni por andar rafageando a su pueblo. Pepe Mujica salió de la cárcel para también ser presidente, hizo su quinquenio constitucional y se regresó a su quintita junto a su esposa en su Volkswagen celeste del 87. No está de más resaltar que Mujica en su administración fue el más revolucionario de todos los gobiernos de izquierda latinoamericanos en estas dos ultimas décadas, fue el único que se le voló la roja al Imperio, al legalizar el uso recreativo de la mariguana –Ya que es EEUU quien vigila, certifica y premia la lucha contra el narcotráfico. Uruguay rechazó ese hueso y optó verdaderamente por la autodeterminación: legalizó y logró recaudar tantos impuestos con ese rubro que llenó las arcas públicas para volverlas a reinvertir en el sector educativo-. Se pudo optar por la humildad y el oro verde de Mujica, pero se optó por la soberbia y el oro negro de Chávez.

Así que en un discurso de no más de media hora, Copetín anunció la reanudación del “clásico” entre la Yunia y su patio trasero, es decir, la lucha de EEUU contra “el socialismo” –y Copetín ya no usó la palabra “comunismo” que usó Reagan–, pero de ese modo ensilló su caballo, se puso las espuelas, y profirió su consigna: “Libertad para América Latina. Espérennos!”…Que ya sabemos, históricamente esa consigna anglosajona ha también significado extracción, injerencia y desfachatez invasiva; pero digamos que sea eso, qué se hace ante los abusos del poder, ante la gran traición de la izquierda, ante la podredumbre de lo que hace llamarse la izquierda, qué nos queda ante la represión-violencia-doméstica-nacional? ¿Dejar que los trapos sucios de casa de laven en casa?…Esta-dijo-Yeyo, nada de eso trae el barco, y aunque por esa línea se la venga barajeando Masacrín. Ya sabe él que le quedan los días contados su combo a cuatro opciones: O terminar dignamente como Sadam, o deshonradoramente como la familia Ceaușescu, o en barreada como su prix Gadafi, y con mucha, mucha, mucha suerte, que La Chelona le aliñe unas enchiladas antes que lo devuelvan a ser el huésped 198.