Review: La mera pupusa


Como parte de la celebración de fiestas patrias, me enrumbé en un viaje terrestre (a.k.a. roadtrip) hacia lo que fuera la Capitanía General o Reino de Guatemala. Si recuerdan algo de matemáticas de primaria, sabrán que una de las naciones hermanas a cruzar es El Salvador.

Pues bien, al atravesar San Salvador pelé bien los ojos para parar en la primer pupusería a la vista. La analogía es: andaba en busca de vigorón en Granada.

¡Bingo! Hay tantas como carne asadas por estos lares. Al ordenar, la amable guanaca que nos atendió me comentó que su especialidad son las pupusas a base de arroz, pero tampoco quería arriesgarme. Pedí de las «normalitas» de maíz. Una revuelta (mixta de chicharrón, queso y frijoles) y otra sólo de queso. Como allá usan los billetes de George Washington… US$0.40 cada una.

Son mucho más hermosas por aquellos lados. Con hermosas me refiero a grandes, verdad. Siempre servidas con el repollito de color, acompañado de una salsa roja medio rara. Sin chilero a la vista. Ni modo por el picante, pero el saborcito de las pupusas 110% salvadoreñas lo describo como: riquiiiiiiiiisimas. Combinación perfecta del contenido. Me arrepentí de haber ordenado sólo una revuelta.

Si alguna vez andan por San Savior, quedan con la recomendación. Si no hay gira programada y ya les metí el antojo, quítenselo en la pupusería jalvadoreña ubicada en la calle principal de Altamira. Ahí andan como en 10 pesos c/u y resuelven.¡A pupusear se ha dicho!

Por cierto, la Pilsener: nada que ver, hermano.