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¿A los cuántos churros (no de queso) se te aparece Carlos Fonseca?

El mes pasado, la nuera de la Vieja Arrimada (Rosario Murillo para los que nos visitan de otros lados) publicó un post donde relató que en pleno 2018, después de que su suegro ordenara plomo para los estudiantes, la llegó a visitar de noche nada más y nada menos que Carlos Fonseca, uno de los fundadores del FSLN que murió en combate en 1972.

Inmediatamente se propagó en las redes sociales la idea que la pareja de la reencarnación de Sandino se la fumó verde. Pero como aquí en Bacanalnica somos personas serias, decidí investigar la raíz del asunto a lo Einstein antes de comentar al respecto, porque para momentos como este es que me pasé matando en la universidad sacando tres doctorados en química orgánica y botánica cuántica.

Apegándome a los estrictos procesos de la investigación científica, le pedí a mi gato que se rifara a ayudarme y consecuentemente se lanzó 43 churros en una semana.

Yo sé lo que estás pensando, no me lo tenés que decir.

«Wow, ¿entrenaste a tu gato a enrollar sus propios churros?»

Nada que ver. Nicaragua es el país de las maravillas, pero todavía no hemos llegado a ese nivel.

Antes de que se me pongan al brinco (y me caigan por maltrato animal), aclaro que «mi gato» solo es el nombre de cariño que le puse al hermano del primo de una amiga de un conocido mío. O sea que el maje es un humano no batracio. Que no le «lleguen informaciones» al Chele Grigsby de que aquí somos huelepega. Esto es solo ciencia, hermano.

El experimento

Para descartar diferentes posibilidades, mi gato y yo experimentamos con tres tipos de hierbas aromáticas.

Un tercio de estos puritos los preparé con la tierrita que me consiguió El Brayan allá por el mirador de Tiscapa, el otro se lo saqué a un costeño en un call center que me aseguró que tiene el mejor jam de Nicaragua y el tercer puchito me lo regalaron los hijos de un ex presidente de la Corte Suprema de Justicia. Menos mal fue gratis porque el kush que venden estos maes es bien caro, pero cuando tenés buenos conectes, hasta morada te la venden.

«¿Y entonces Papaya, se le apareció alguien al gato?»

Dice mi gato que pasó con unos munchies brutales todo la semana, pero que nadie se le apareció a medianoche. Decepcionado, tomé la decisión de experimentar con más sustancias para llegar al fondo de este tema.

En la segunda semana, le di a mi gato una combinación de cócteles que dejaría a Hunter S. Thompson con las tapas abiertas:

Nieve colombiana acompañada de Caballito con Kola Shaler, honguitos en sopita Maggi y un tecito de una flor en forma de campana bien bonita que tiene Nicaragua.

Esa semana, mi gato pasó tan arriba de los palos que casi casi se lanza para la Vicepresidencia. Por suerte, no le dio la trabadera que le agarra al chigüín favorito de la Sobacopeludo cuando anda iluminado, ni tampoco le dieron ganas de volverse poeta. Tristemente, estos experimentos también fracasaron. La ciencia es difícil.

Frustrado, se me ocurrió por último experimentar con pastillas para dormir, pero no quería que mi gato anduviera como Edwin Castro en la Asamblea, así que descarté esa idea.

De alguna manera, a Joe Rogan le llegó la noticia de estos experimentos (es que Joe es uno de los 4 lectores) e inmediatamente me llamó por whatsapp para preguntarme si alguna vez había probado DMT, específicamente el que se encuentra en algunos sapitos tropicales.

Intrigado, empecé a buscar por todo el territorio nacional, pero solo me pude topar con el tipo de sapos que insiste que «Mikomandante se queda!»

Algunos sapos son psicodélicos, otros son sancionados.

Al no poder encontrar DMT por ningún lado, mi gato empezó a perder la esperanza de conocer al famoso Carlos Fonseca.

El momento clave

Cuando estaba a punto de darme por vencido, se me vino a la mente una conversación que tuve este año. Un broder super amante del fútbol me comentó que la semana antes de que empezara la Eurocopa 2020, encontró a Pelé en la cama con su mujer, y según él, esto era señal de que el equipo nacional de Portugal ganaría el campeonato.

Pero Pelé es brasileño y Portugal no llegó ni a los cuartos de final, así que concluí que mi amigo simplemente es un fanático que anda alucinando con tanto futbol que tiene metido en la cabeza.

En ese momento, tuve una epifanía: existe una teoría factible para explicar el alucín de la ex reina de belleza. Mágicamente, todo empezó a tener sentido.

Según la Xiomara, sus convicciones cristianas la llevaron a la conclusión de que la aparición de Carlos Fonseca era señal de que el diablo andaba suelto en las calles y que el FSLN tenía que permanecer fuerte ante la crisis (que ellos mismos habían desatado).

Entre tantas figuras históricas que se le pudieron haber aparecido, tanto nacionales como internacionales, el mensajero celestial de la Xiomara tuvo que ser un guerrillero sandinista, que para empezar era más ateo que el mismo Stalin, sin mencionar que fue un ser tan radical en su pensar que hasta el partido comunista de esos tiempos lo expulsó de sus filas por tener la convicción de que la violencia es una solución política válida. Vos sabés, un mae bien cristiano porque amaba al prójimo, pero a punta de bala.

¿Y a qué diablo se refería la Xiomara? Seguramente al que movilizó a todos los mecanismos del Estado para ejecutar una campaña de violencia, acoso y mentiras para permanecer en el poder con impunidad total después de haber cometido crímenes de lesa humanidad contra sus propios ciudadanos.

Una predicción acertada de 1967 con un twist moderno.

Entonces… ¿no se la fumó verde?

Nooombre, no son los churros, sino el fanatismo ideológico lo que tiene estupefactos y ciegos a los seguidores del Batracio. Cuando aferrás toda tu identidad a una ideología política de la guerra fría, especialmente a una que se ha corrompido en su totalidad, empezás a tener delirios mesiánicos y terminás con militantes que le dan más importancia a falsos ídolos que al pensamiento crítico e independiente del que es capaz de ejercer el ser humano.

Esto es culpa de 14 años de adoctrinamiento que también produce joyas como estas:

Caballadas mas épicas de la Juventud Sandinista - Ay taon

Por eso, cuando esta pesadilla termine, tendrá que haber reformas profundas para limpiar el envenenamiento ideológico en todos los aparatos del Estado, desde el Ministerio de Educación hasta la Policía que alguna vez fue Nacional.

De lo contrario, seguiremos viviendo en un país donde alzar la bandera nacional es un crimen, pero matar por la de un partido político es normal.

Sacate un churro y bajale tres rayitas al fanatismo, Xio.