Al parecer Ricardo Zambrana es abusador y yo también podría serlo (respondan la encuesta)

Al parecer Ricardo Zambrana es abusador y yo también podría serlo (respondan la encuesta)

Twitter en Nicaragua no es muy popular. Yo calculo que de verdad, de verdad, sólo como unas 500 personas lo usan en el paisito. Es como un club de amigos, todos se conocen. Aunque tal vez decir que son amigos es exagerar. Sí es cierto que entre ellos se dan like, se re-tuitean y se pasan mencionando. Pero a menudo las conversaciones no son tan amigables.

La semana pasada, por ejemplo: se desencadenó una batalla campal entre feministas y feministas. Sí, leyeron bien, ambos bandos están a favor de las mujeres y sus reivindicaciones. Déjenme ver si logro explicarles el espinoso asunto.

Todo inició con estos tweets:

Con temor a sobre-simplificar el conflicto, esto es lo que pasó: La muchacha (Sol) acusa de abusador a Ricardo Zambrana, porque en años pasados él la trataba con mucha más confianza de la que ella estaba cómoda en recibir.  ¿Les pareció confuso eso? Vean el video para aclararse:

Por un lado, coincido con la muchacha que un beso, una caricia o un lenguetazo en la oreja no es aceptable cuando no hemos dado ese tipo de confianza (hombre o mujer, da igual). Pero, como dice Ricardo, él pensaba que sí tenían ese tipo de confianza. Vean lo que publicó en su muro (Zambranitis):

Hace unos días, una amiga dijo públicamente que después de algunos años de análisis y reflexión, se dio cuenta que la forma en que nos saludábamos las veces que nos vimos, le hizo sentir abuso.

Independientemente si éramos solo amigos, eso no quita que ella se haya sentido así. Tal vez porque jamás una amistad o alguien desconocido me había dicho algo parecido, me costó un poco reconocerlo. Pero si alguien se siente víctima de algo, es muy importante que hable y más importante aún que le escuchemos.

Les comparto la denuncia que ella hizo, para que todos tomemos muy en cuenta que a veces, sin querer, podemos hacer a una persona sentirse incómoda y hasta agredida. Y les comparto también la disculpa que le hice en un comentario, pero que después de unos minutos, fue borrado de la publicación:

“Muchas veces ignoramos que nuestros actos puedan incomodar o afectar a la otra persona. Nunca antes mis amigas o desconocidas me habían dicho que se sintieron acosadas por mí hasta ahora. Pero entiendo que lo hayás sentido y no estoy invalidando tu denuncia.
Es legítima porque nadie más que vos sabe cómo se sintió. Y como lo hice al día siguiente que lo escribiste en Twitter, te pido disculpas. Y tendré mucho más cuidado de ahora en adelante.”

Obviamente (y como esto es Internet) después vino un mar de insultos, descalificaciones y en general el famoso bullying al que ya estamos acostumbrados. No vale la pena hablar de eso. El mismo Ricardo dedica un video a esas cosas:

En cambio a mi me gustaría centrar la discusión en la idea dónde ambas partes coinciden: hay que acabar con el abuso, sea grande o pequeño.

Es más, esta situación me ha hecho revisitar miles de saludos y abrazos que he dado en mi vida. ¿Cuántos de ellos han sido abusando de la confianza de la otra persona y cuántos han sido bien recibidos? Que no me hayan dicho nada, no significa que no fue un abuso de mi parte.

Yo quiero pensar que la mayoría fueron bien recibidos. Pero, no puedo estar 100% seguro. Con UNO que no hay caído en gracia, eso me convierte automáticamente en abusador. De hecho, quiero aprovechar para decirle a esa persona, donde quiera que esté, lo siento.

De ahora en adelante sólo voy a saludar de «hola». Sin abrazo, ni beso, ni siquiera dar la mano. Es más, nada de «amorcito» o «corazón». Sólo «hola» a secas. Lo dejo en manos de la otra persona si quiere darme alguna muestra de cariño, carnal o verbal.

¿Que piensan ustedes? ¿Cómo deberían ser los saludos? Gritando «Hola», de largo y sin contacto físico, tipo en Japón o dar beso en la boca, como en Rusia.

Más importante que eso.  ¿Estamos claros de lo qué es abuso?

[poll id=»32″]

*Pueden votar por dos de las respuestas

Realmente me interesan sus opiniones. Con tantos cambios sociales en el mundo occidental (en Afganistán todavía apedrean gays), nos toca a nosotros reinventar los convencionalismos. Y si no nos ponemos de acuerdo, se nos viene un mundo de conflictos.

A diferencia del caso del Duende o de la Virgen de Carlos Salinas (que tanto jodieron para que lo mencionáramos aquí en Bacanalnica), me parece que en esta situación sí hay algo que todos podemos aprender. Esta sí puede ser una gran lección colectiva. De nosotros depende.