En la Controlaría General de la República se calzan muelas (no es broma)

En la Controlaría General de la República se calzan muelas (no es broma)

Los colegas de Articulo 66 destaparon el día de ayer, el nuevo emprendimiento que está impulsando la Contraloría General de la República. Y como en Bacanalnica, el día de hoy se los estamos dedicando a los nuevos proyectos de «Economía Creativa» en el Reino Batracio, pónganse cómodos que les vamos a contar cómo la CGR le está haciendo competencia al vinagre de pantalones que tiene la Policía Sandinista.

Para que nos entendamos, primero la escuelita. Abran por favor sus libros de Bacanalnica en la página 218. Lean lo que dice la Ley 681, «Ley orgánica de la Contraloría General de la República y del sistema de control de la administración pública y fiscalización de los bienes y recursos del Estado», en su Artículo 9: «Atribuciones y Funciones». Lean los 35 numerales. En voz baja. Y no hace falta que se los memoricen, no estamos en el Centroamérica.

¿Qué hace la Contraloría de Nicaragua?

A como leyeron en los 35 numerales, la función de la CGR es medirle las costillas al resto del Gobierno, para evitar que los funcionarios chupa-hueso hagan charanga con los reales.

Se supone que los Contralores son profesionales rectos y muy serios en sus cosas, que están dispuestos a echarse de enemigo a todo el Estado, con tal de defender los intereses de los ciudadanos. Si vos la ley, te imaginas a unos héroes sin capa, a los que nunca le va a pesar la mano para castigar la corrupción estatal.

Pero desde ahí ya vamos mal, porque miren la calidad de pirañas que ocupan esos cargos:

🔺 María Dolores Alemán, de acusada de corrupción a CONTRALORA

No, en serio, ¿qué hace la Contraloría de Nicaragua, realmente?

Como Nicaragua actualmente está ocupada militarmente por el Reino Batracio, y la corrupción se ha convertido en un concepto vago y fluído, la CGR hoy en día es más bien la típica esquina de barrio, donde todos los vagos de la cuadra se reúnen a perder el tiempo, de 8 a 5, tipo jornada laboral. Las computadoras tienen 13 años de no tocarse, todavía corren Windows XP, con Internet Explorer 6. No hace falta actualizarlas, ahí nadie llega a hacer trabajo de oficina.

Pero después de casi 14 años soplándose y rascándose, los Contralores dijeron «Hasta aquí. Es hora de hacer un cambio».

Pollos asados «La CGR»

Como buenos nicas, la primera idea de «cambio» que le ocurrió a los Contralores fue poner una venta de pollo asado. Pero rapidito desistieron cuando vieron el retorno. Además, toca lidiar con el viejito morboso de Caldera y nadie quiere eso. NADIE.

Horas y horas pasaron dándole vueltas al asunto. Total, tiempo es lo que les sobra. Vender ropa por Instagram. Alquilar pantalones en la entrada del Tránsito. Vender chicles y caramelos al menudeado. En fin, la famosa «Economía creativa» de la que tanto habla la Vieja Arrimada.

Los datos que compartió ayer Artículo 66 nos pueden dar una idea de la idea que finalmente eligieron:

Según la página web del Sistema de Compras del Estado (Siscae), la CGR ha gastado este año más de 93 mil córdobas de su presupuesto en una lista que incluye 21 artículos de uso odontológico. Entre los productos comprados por la CGR figuran piezas manuales o accesorios para uso odontológico, kits de cementación, Mepivacaína (anestesia), refrescadores de aliento y limas o curetas dentales.

«Contraloría sin «dientes» gasta más de 93 mil córdobas en suministros odontológicos» en Artículo 66 (link)

Así es prixitos, en la Contraloría se calzan muelas. El emprendimiento de los contralores es una clínica dental. Y como no son dundos, en vez de invertir ellos su propio dinero, fuimos nosotros los que financiamos esta pequeña venture.

Ésta es (ironicamente) la definición literal de corrupción. Pero no hay falla, los encargados de denunciar ilegalidades como estas, están ocupados viendo tutoriales en Youtube de cómo se saca una muela.

Estas cosas pasan cuando los gobiernos se manejan como pulpería y las instituciones dejan de existir. En el Reino Batracio no hay lugar para la fiscalización, así que de algo se tenían que ocupar los Contralores. Si nos ponemos a pensar, la idea de montar una clínica dental es genial, pues nunca tendrán que lidiar con una visita sorpresa de la Vieja Arrimada (Rosario Murillo, para los nuevo ingreso).

rosario murillo
Rosario Murillo no cree en los dentistas

Solo para dejarlo bien claro, de los 35 numerales que leímos en la ley (sobre las funciones de la CGR), ninguno habla de calzar muelas. Todo esto es completamente ilegal, obviamente. Pero como dijimos, la corrupción es un concepto vago. Y lo ilegal, pues, es lo que al Comandante le ronca. Como decían en los 80, la revolución es fuente de derecho.