Estimado Comandante Presidente Masacrín, una carta de Nicaragua

Estimado Comandante Presidente Masacrín, una carta de Nicaragua

Bienvenidos 4 prixitos, empezamos otro abril más con una cartita que nos mandó el tío Tulio J. Ramos N. para Daniel «El Masacrador de niños» Ortega, a propósito que es segunda semana de diálogo.

Especialmente recomendado para esos que no aceptan que el vulgarcito de Bacanalnica le haya apodado Masacrín al Presidente de la República, aunque se lo merezca.

Postal a Daniel Ortega

Por Tulio J. Ramos N.

Estimado comandante presidente:

Le escribo estas líneas con el deseo de que lleguen a sus manos y las lea,  pero realmente lo que más me gustaría es que este mensaje y las reflexiones que le escribo  las analice con calma y las considere, para bien de TODOS en este país. Obviamente incluyéndolo a Ud.  y su familia.

Me atrevería a decir que es difícil encontrar a alguien que en su vida no haya perdido una oportunidad y se lamente después por ello. Hay quienes incluso tienen más suerte, y más  oportunidades se le presentan, que lamentablemente tampoco aprovechan.

Siempre he creído que somos un país especial, con una posición geográfica y bellezas naturales envidiables, sin superpoblación y con ciudadanos que con su vida y desempeño lo han hecho merecedor de admiración, cariño, apoyo y respeto a nivel internacional.

Durante nuestra historia hemos tenido oportunidades para hacer de este país algo especial. Durante  la revolución popular sandinista, en la que Ud.   jugó un papel importante, creamos la expectativa de que de aquí saldría el hombre nuevo que construiría una mejor sociedad, justa, libre, democrática y prospera. Hoy en día estoy convencido de que aun con todos los obstáculos y ataques que tuvo la revolución, fueron más las expectativas y esperanzas, que la capacidad y las posibilidades reales de poder llenarlas.

Cuando Ud. asumió nuevamente el poder en el 2007 muchos le dimos el beneficio de la duda y quisimos creerle que aprovecharía la oportunidad de gobernar en paz, con justicia, en democracia y prosperidad para todos. Lamentablemente poco tardo para que nos convenciéramos  de que realmente no tenía ninguna buena intención para con el presente ni con el futuro del país. Se alió con el gran capital para favorecer a un grupo, destruyo la incipiente institucionalidad y democracia que se había logrado, cometió fraudes en elecciones, violo la constitución y reprimió con fuerza y violencia a los que no estuvieran de acuerdo con Ud.

No son pocos en el país y  en el mundo los que no entienden como pudo convertirse en lo que hoy es, capaz de mentir y reprimir como lo hace, considerando el pasado de lucha de donde viene.

En algún momento  soñé despierto y pensé que Ud. recapacitaría y aprovecharía la oportunidad histórica de enrumbar este país, por el sendero que nos llevara a lo que por muchos años hemos anhelado, luchado y sacrificado. Usted tenía TODAS las condiciones y posibilidades para lograrlo y pasar a la historia como el líder nicaragüense que cambió para bien el país, un ejemplo a seguir en el mundo. Hubiesen faltado rotondas para erigir estatuas, monumentos e imágenes en su honor y memoria.

Me parece interesante que a pesar de que usted no tuvo y por lo visto no tiene la grandeza para hacer lo correcto, sí se llevará el mérito de ser el  caudillo que logró unir contra sí mismo, a la mayoría del pueblo nicaragüense y la comunidad internacional. Creo que nunca antes en nuestra historia, ni para las elecciones del 90, hubo una alianza tan amplia y tan unida en su propósito de querer construir un mejor país y esta vez para siempre.

Solo me resta decirle que aún después de todo el mal que ha hecho a Nicaragua, es tiempo de reflexionar y hacer lo correcto. Nunca es tarde, comandante presidente.