¿Izar la bandera de Nicaragua es un crimen? Consultamos al máximo experto de todos los expertos

¿Izar la bandera de Nicaragua es un crimen? Consultamos al máximo experto de todos los expertos

¿Cómo te defendes de un asesino violador que se metió a tu casa y no se quiere ir? Podes convertirte en asesino vos también, como en las películas, y probar tu suerte con un cuchillito de mesa versus el AK y la bazuca que tiene el batracio. Pero a estas alturas, ya estamos claros que nadie en Nicaragua quiere otra guerra civil.

Como el asesino se trata de Daniel «El Masacrador de niños» Ortega y su excusa para torturarte, violarte y matarte es que es tu presidente, podes ver si con unas elecciones donde le caiga encima un tsunami de votos logras que se vaya. El problema es que para eso faltan 2 años.

¿Qué hacer en estos 2 años que faltan?

Resistir, sobrevivir, aguantar. Lo del boicot a las empresas batracias es una forma. Nadie te puede obligar a que eches gasolina en una ex-DNP. Te diría que pintes tu casa de azul y blanco, pero eso en Nicaragua no se puede:

Policía Sandinista prohíbe a ex preso político pintar su casa en Azul y blanco.

Podes sacar la bandera de Nicaragua, ahora que al parecer ya no es crimen contra la patria. Aunque yo sigo con la duda …

 

Ve ¿Y más o menos cuántas de esas acciones hacen falta para que se vaya Masacrín?

Hermaaaano. Esto es …

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Esto no será la salida de Masacrín. La salida son las elecciones, porque ni vos ni yo somos asesinos y porque la comunidad internacional ya se puso de acuerdo que no aceptan otra cosa más que una salida constitucional a la crisis de Nicaragua. Eso quiere decir 1- Que el Masacrador de niños renuncie de forma voluntaria ó 2- Elecciones. Ya sabemos cuál de esas dos es la que quiere el rey batracio.

Que saquemos a ondear la bandera de Nicaragua no va a sacar al asesino del gobierno. Pero sirve de aliciente para los que estamos aguantando, esperando su salida. Aprovechando que tal vez en este mes se puede hacer sin ir presos, los invito a llenar Nicaragua de azul y blanco.

La bandera, que según el primo abecedario escribe cartas, se los agradecerá.

Carta de la bandera Azul y Blanco, para Nicaragua

Por UHDPQNQDSNPQNLD

Querido País:

No puedo desearte que estés bien, porque es evidente que no estás bien. Sería como saludar con un “buenos días” a la madre y el padre que están en la misa de aniversario del hijo que perdieron en una de las “limpiezas” que nos recetó eso que llaman “gobierno”.

Así que no te saludo como quisiera mi querido País. Recibe, entonces, mi abrazo fuerte y mudo en estos malos tiempos que, más que correr, pareciera que caminan lentamente hacia “quien sabe dónde”. Y junto con mi abrazo, va el de mi hermana Azul y mi hermano Blanco; quienes nos dan color, y color del bueno, a mi como Bandera y a vos como País.

Yo se que no es común que una Bandera tenga que escribirle al País que representa; pero lo hago porque no quiero que la gente crea que lo que estamos viviendo es algo “común”, “normal”, “que así ha sido siempre”, “qué estamos condenados por la historia”, o que “todo está normal”. Nada está normal, y eso me obliga a escribirte.

Y te escribo a ti Nicaragua porque yo me veo en vos y vos te ves en mí. Si yo soy enaltecida, tú lo eres. Si soy envilecida, tú lo eres también. Y yo no soy bandera de un grupito llamado gobierno, menos de otro que se identifica partido, ni soy el pedazo de tela que el empresario pone detrás de su escritorio. Yo soy la Bandera que, voluntariamente y con orgullo, tus habitantes asumen como suya para defenderte, enorgullecerte, presumirte, alabarte, y hacer valer la dicha de ser parte tuya como País.

Es verdad que hay hasta una ley que nos “oficializa”, a mi y a mis primos los otros Símbolos Patrios, pero vos y yo somos en el corazón de la gente, que nos quiere y honra de verdad, más que una ley. Porque también hay infinidad de leyes para prohibir violar a otras personas, y ya sabemos lo que pasa. Igual hay leyes que prohíben que te gobiernen los que actualmente te mal gobiernan, y ya sabemos lo que pasa. Por eso yo apelo a lo que la gente digna que te habita siente por vos y por mí, más allá de lo que una ley pueda decir.

¿Y a que viene esto mi querido País? Yo te propongo que ambas le recordemos a quienes te habitan que de nada vale que un grupito me agarre en estos momentos como “su bandera también”. Ni tu eres su “País también”, ni yo soy “su Bandera también”. Somos, o deberíamos ser, su País y Bandera; así de simple. Y cuando me toman con sus manos, aun chorreantes de sangre, yo dejo de ser Bandera, solo soy un trapo cualquiera, al mismo nivel de un limpión de cocina. Me están usando para tratar de quitar toda la ignominia que han tirado encima de ti mi querido País y, de paso, te convierten en “el lugar donde viven”, pero ya no eres su País.

Te propongo entonces que ambos le recordemos a esta gente que nada lograrán con ello mientras no entiendan que no somos como el trapo rojo y negro, y el lugarcito para los “zekeda”, que sus jefes les han regalado como bandera y país (en letras minúsculas).

Incluso, el mentando trapo rojo y negro añora sus días de gloria cuando era una bandera de esperanza para dignificarte a vos y a mí, cosa que olvidaron hace mucho sus actuales dueños. De esas cosas hablamos cuando nos ponen juntos, y, después de pedirme disculpas, me comenta que está claro que su condición actual de “trapo partidario” parece que no podrá ser revertida y, aunque te parezca mentira, hasta consuelo le doy a pesar de lo sucia y apaleada que ando, porque su involución de bandera a trapo, y hasta de papel sanitario, la mira como su enterramiento definitivo, y hasta como un alivio.

Así que ha sido un gusto escribirte mi estimado País para que sepas lo que siento y pienso. Espero tu respuesta. Y también me sería muy útil saber que opinan tus habitantes a titulo individual y mientras, tu como país, logras darme una respuesta con la calma que la situación amerita.

Siempre digna, y azul y blanca, te abraza,

Tu Bandera.