Lista de requisitos para el próximo Presidente de Nicaragua parte 2: Que sea mujer

Lista de requisitos para el próximo Presidente de Nicaragua parte 2: Que sea mujer

Hace unos días el primo Beto me pidió compartir una de sus notas donde habla de los «Lineamientos para escoger al próximo presidente de Nicaragua (Basta de caudillos con manos olor a pólvora y aliento a cususa)». Yo, en mi inmensa sabiduría literaria lo arruiné poniéndole de título «Lista de requisitos para el próximo Presidente de Nicaragua (Atención Caudillos)«.

Pues bien, como siempre, hubo gente a la que le encantó. Otra que no tanto. Y luego están los y las que tuvieron un y una problema con sus y sus argumentos y argumentas. Sí, me refiero a mis amigas feministas que no les cae para nada en gracia que todo sea sexo masculino en el lenguaje patriarcal y machista de los reyes católicos (cuando, irónicamente, fue ella la visionaria que trajo gloria al extinto imperio).

Como yo cargo con la maldición de también ser hombre, le pedí a la tía rutera que nos hiciera el honor de escribir la respuesta respetando la correspondiente visión de generó. Ella me cumplió y aquí se los comparto.

Como siempre, recuerden que esta es una colaboración, así cualquier clavo es con la tía directamente. Pueden dejarle más abajo sus comentarios, así ella tiene oportunidad de leer lo que piensan y responder cuando pueda.

Protegida del Dios de la Furia RAE por algún demonio feminazi

Por La Otra Vieja del Bus

Ya me alisto para apellidarme feminazi, que es lo más bajito que temo me llamen. Peeero, como la calle no se calla hasta que el dictador se vaya, y me acordaron que el dios patriarcal inventó los seudónimos, hablo. Va de leer de arriba abajo el escrito de Beto con los T de R para la persona que podría presidir el futuro de Nicaragua, una vez se vayan los Ortega. Y, oh sorpresa, quedo fuera de las grandes ligas, porque en el mismo describe a un hombre.

Si me preguntan por mi lectura preferida, en estos días, además de Bacanalnica, son los anuncios de trabajo. No hay T de R que no lea, porque de repente me apunto un cien enviándoselo a otra persona desempleada y a los mejor agarra pegue. Pero estos T de R para presidente de la Republica, si se toman al pie de la letras, como hace una cuando llena una solicitud de trabajo excluyen a las mujeres.

Las calificaciones para considerar a una persona capacitada incluyen; sangre joven y nueva, ¿why not?,  vamos bien, pienso en Etienne o Madelaine. Los requisitos dicen, pero no tanto, allí no sé why, ni que tanto es muy joven.

Agrega tu primo Beto que el privilegio de ser presidente sea reservado para aquellas personas graduadas con honores y que este individuo, el próximo ciudadano en jefe, el candidato, el jefe supremo de la nación, deberá ser soñador que esté entre los hombres más inteligentes. O sea 95 por ciento de los requisitos es para que sea un hombre, el 5 por ciento donde cabrían las mujeres. Así no importa si las mujeres son sangre joven, las mejores alumnas, soñadoras, inteligentes, probas, etcétera. Son mujeres, así que OUT.

Esto es lo que literalmente se lee, Beto. Yo ruego, a María siempre Virgen, que la intención no sea sacar del espacio público a las Violetas Graneras, las Ana Quiroz, las Sara Henriquez, las doña Francisca, las doña Vilma, las Madelaine Caracas, las Amaya Coppens, las Azahalea Solís, las Justina Orozco, las María Teresa Blandón, las Monicas López, las Dolly Mora Ubago, las Vicky Obando, y a otras valientes mujeres, a falta de valoración apropiada pienso que aún no se.

Pero digo esto para llamar la atención sobre el poder del lenguaje, para incluir o excluir. Si no se nombra no existe. Es el poder de la palabra. No se trata de poner un signo de arroba o repetir las y los, que es la munición barata con la que se responde a este tipo de observaciones. Y ya sabemos que la Gran Hermana los usó hasta por joder y solo sirvió para quitarle poder a sus correligionarias.

No. Se trata de pensar un mundo con las mujeres. Ya tuvimos una Presidenta que, aunque haya vendido los rieles del tren, nos dio una sociedad abierta, donde se podía incidir en la cosa pública. Abramos esos T de R para que apliquen las mujeres.

En todo caso me parece temprano para hablar de candidaturas, sean estas de mujeres o de hombres. Yo solo digo.  Tenía que decirse, y se dijo.

Bai.