Masacrín, San Romero te tiene un mensaje. Yo de vos lo escucho con mucha atención

Masacrín, San Romero te tiene un mensaje. Yo de vos lo escucho con mucha atención

Hoy les tengo una invitada. «Píldora de Azúcar» (su apodo vandálico, obviamente) es una amiga que al igual que yo, ayer vio a muchas personas queridas ir presas básicamente porque a Daniel «El Masacrador de niños» Ortega le roncó la gana que así fuera. Tengo información que mientras escribo esto, ya todos los secuestrados de ayer salieron del Chipote, así que nos alegramos por eso. También nos alegramos porque no mató a nadie. Clase loquera, vivimos en un país donde es «alegre» cuando el presidente de la república no mata a alguien por manifestarse.

Como mi sentido del humor en las últimas 24 no ha estado muy humoroso, la Píldorita me hizo el favor y les escribió esta nota como bateadora resignada. Espero les guste porque lo hizo de gratis y sin rezongar.Si no, le dicen a ella, yo me lavo las manos como se las va a lavar Wilfredo «El Parasito» Navarro cuando Masacrín esté en Venezuela.

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Estimado Bacanalnica,

Maje, te quedaste sin palabras…  me quede esperando tu súper blog…  es que es mucho… tevoayudar, o ayúdame vos, vamoa ver si tus cuatro gatos me leen a mí también.

Mira, hoy nuhay que hablar de los presos, o sea, sí podes hacer tu recopilación de historias de vida y te das cuenta que es de la gente que necesita el país, es gente capacitada, gente pencona y gente que ama hasta la última consecuencia que es: exponer sus vidas.  No hombre, te voy a hablar de San Romero de América.

A Romero lo conocí en El Salvador, lo conocí a través de los campesinos y campesinas de por allá, tierra adentro, donde no llega la señal del celular.  A Romero le dicen la voz de los sin voz, porque el usaba la radio de la iglesia para hacer denuncias: que mataron a…  desaparecieron a…  tienen preso a…  Lo que hoy por hoy podemos hacer por facebook, pero sólo los que tenemos celular…  los que no o los que viven allá donde no llega la señal corren el peligro de no ser.

¿Te das cuenta?  Doña Chica hace rato que está haciendo denuncias, pero eso es allá donde no llega la señal…  la protesta tuvo que llegar a la capital para que la cosa se moviera.

A ver, regresando al tema, esto no es ni de derechas, ni de izquierdas, a Romero lo escogieron porque no era muy simpatizante de la guerrilla, incluso se declaró anticomunista y pensaron que por eso de que “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, no iba a molestar.  Se equivocaron.

Romero era un pacifista y el uso de las armas no era su estilo.  Él se mantuvo al lado de las personas más vulnerables.  El hombre uso la palabra y un micrófono que era la radio (algo parecido a lo que vos haces, pero sin el picante).

Llego un momento que ser católico en El Salvador era sentencia de muerte.  Y sí, la agarraron contra los sacerdotes y se volaron a un cachimbo, Romero no fue la excepción, tampoco los jesuitas.  Bueno, como la cacería de brujas que se armó aquí.

A Romero lo mataron durante la misa, justo cuando levantó la hostia.  Una bala en el corazón.  Muchos dicen que su sentencia de muerte fue la homilía que había dado un día antes en la catedral.  En esa ocasión fue claro, él le habló a los soldados.  +

Primero dijo lo que parece obvio, pero no lo es para quienes estamos emputados y nos sentimos agredidos, algo así como: ustedes (a los soldados) también son seres humanos.  Sus palabras exactas fueron:

Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres del ejército y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles: hermanos, son de nuestro mismo pueblo…

¿Te das cuenta de lo fuerte y trascendental que es esto?  Maje, no son “sapos” son seres humanos como vos y yo.  Con su historia y rollos personales…   aunque usted no lo crea.

Y sigue el Monseñor Romero:

matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre debe prevalecer la ley de Dios que dice «No matar». Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla.

Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado.

La iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación.

Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios; Cese la represión.

O sea, el cura le habló a esa parte humana, a esa parte sana de los “hombres del ejército…  de la policía”…  a esos que salen desenfocados en las fotos, a los que están en el fondo. Y los llamo ¨hermanos¨ – porque aunque duela decirlo, es cierto.  Y en nombre de Dios les ordena a dejar las armas.  – vale aclarar, que en la constitución de El Salvador no hay pena de muerte para las personas civiles, para los militares sí.  Así como deben tener uno que otro de nuestros policías.

Maje, puede que me digas: ¿a mí qué? Ni siquiera soy creyente.  A vos todo…  Verán, esto fue en 1980.  Durante la represión más cruenta del planeta registrada oficialmente ante los organismos internacionales de derechos humanos.  Cuando los derecho humanos como mecanismos de protección eran como adolescentes buscando que hacer de su vida.  Monseñor Romero fue una inspiración.

Las Naciones Unidas que es una de las organizaciones internacionales con mayor incidencia en el planeta, laica por excelencia, reconoce en Monseñor Romero a un defensor de los derechos humanos y decide aprender de su legado.  Honrando a Monseñor Romero declara al 24 de marzo – el día de su martirio – Día internacional de la Verdad.

Desde entonces todos los procesos de pacificación incluyen la verdad como un elemento indispensable, junto a memoria, reparación y garantías de no repetición.  Yo he trabajado con víctimas de la guerra en procesos de Paz y te voy a decir, la verdad es indispensable.  Es necesario que se conozca la verdad, de un lado y del otro.  A la hora de sanar heridas, el bando es irrelevante.  Romero lo sabía, por eso fue la voz de los sin voz y por eso llamo “hermanos” a los soldados.  A nosotros, aquí en Nicaragua, en el proceso de pacificación nos hizo falta verdad, tuvimos una verdad a medias, por eso estamos en lo que estamos.

De vuelta al tema: La vida, voz y obra de Romero, específicamente esta homilía de “Cese a la represión”, inspiró leyes internacionales las cuales no eximen de responsabilidad al soldado o policía que obedeciendo órdenes, viola los derechos humanos de otra persona.  En otras palabras, todos los simples rasos “que sólo obedecen órdenes”, son responsables de sus actos y serán juzgados como tales.

Este fin de semana la iglesia católica declaró al cura: San Romero de América, y horas más tarde en Nicaragua a un grupo de policías se les ocurre «obedecer» y reprimir al pueblo.

Sólo como un detalle de la historia: el asesino de Monseñor Romero no llego a los tribunales de justicia, murió con la lengua podrida.  Los doctores dicen que era cáncer en la lengua.  Dice la gente, los campesinos de allá donde no hay señal de celular, que se mordió y se enveneno solito.  La sabiduría del campo es sabia.  Ellos también dicen que si no es justicia humana, es justicia divina.

Yo diría que es buena idea hacerle caso al Santo: “Cese la represión!”

Por: Píldora de Azúcar