Me hice la prueba del COVID-19 y aquí te cuento mi experiencia de primerizo

Me hice la prueba del COVID-19 y aquí te cuento mi experiencia de primerizo

Por miedo a contraer Coronavirus, llevo más de un mes en cuarentena. Hasta ayer, llevaba 3 semanas de no salir de mi casa. Cero. Solo a la acera para sacar el barril de basura. Necesito algo del super o la farmacia, para eso está el delivery. Igual la comida. Y lo que dejaban en la casa, pasaba por un spa de alcohol y jabón antes de ser manipulado.

Ustedes dirán «que exagerado tío Bacanalnica, tampoco es para tanto».

Y yo podría aprovechar para hacerme el maje serio y responsable que por su alto grado académico es muy consciente de las medidas de seguridad recomendadas por la OMS, pero aquí estamos solo ustedes 4 y yo, así que plan-sobaco-de-la-confianza, les confieso que solo tuve que hacer un poquito más de lo que normalmente hago.

Verán, yo toda mi vida he trabajado remoto, lo que los expertos llaman en «C&C» (chors y chinelas). Hace años tuve una empresa y me hacían llegar a la oficina a hacer la mueca (medio tiempo). Pero aún entonces, mi trabajo era predominantemente remoto. Ahora lo puedo decir abiertamente, sin mucha pena, pero hace 20 años eso era como decir que hacía crack los 3 tiempos.

Ustedes saben que no hay falla que me digan vago, yo no me ofendo porque soy un maje chilax y buena onda. Y prefiero que piensen eso a que sepan la triste verdad (que solo así puedo llevar el ritmo de tener como 5 trabajos, con jornadas de 10 a 12 horas diarias) y que ni las siento, porque estoy enamorado de mi trabajo y todas esas cosas bien cursi.

La cosa es que cuando vino el COVID-19 y el tal confinamiento, yo dije «llevo 20 años preparándome para esto».

Tío, no me digas, esta es otra nota sobre tu vida de nerdo

No prix, solo quería dejar claro que para mi esto de la cuarentena es sopa y que por ende, pueden confiar en mi cuando les digo que de verdad de verdad me he cuidado como que fuera viejito tuberculoso.

Sin embargo, el domingo, amanecí con más sueño de lo normal y pasé todo el día con cansancio (uno de los síntomas del COVID-19). «No hay falla», dije, «seguro ando boluda rezagada».

Luego vino el dolorcito ese en los huesos (como cuando andas gripe) y ahí sí me pupusié, en sentido figurado (más adelante van a entender por qué hago esta aclaración aparentemente innecesaria). «No hay de qué preocuparse», pensé, «mientras no haya fiebre, estoy bien».

Llegó la noche y me fui a dormir temprano. Antes de las 9PM (normalmente me acuesto después de las 1AM). Ya en cama, vino lo que me temía, unos cuantos grados de temperatura.

Uuhh tío, estás chicle

El lunes me desperté con todo el miedo del mundo que tenía COVID-19. Se me tilinteó el estomago, no sé si de los nervios o de la real hartada de hamburguesa de dudosa procedencia que me pegué el día anterior. «Me pasa por pinche y por arturo» dije yo.

Fui a mi respectiva reunión ejecutiva de todas las mañanas donde mando mi primer fax y noté que el papel estaba más aguado que de costumbre. Pensé «no más hamburguesa de gato»(no hay manera que una hamburguesa valga 2 dólares y sea carne de vaca).

Una hora después, otro tono de fax. Un rato después, otro y otro. Hermano, para que te sigo alargando el cuento, el lunes conocí de qué está hecho el purgatorio. Para el medio día estaba comprando el six-pack de Gatorade (porque el pedialite es como la tabla del 8, no me entra).

Nunca, en mi larga vida (de comer cochinadas), había tenido una diarrea como esa. Y para rematar, me meto a investigar si por esas casualidades de la vida, además de la tos seca, había gente con otro tipo de síntomas por el COVID-19 y leo que hay un buen porcentaje de infectados que el primer síntoma que tuvieron fue la peor diarrea de sus vidas.

Inmediatamente me metí al sitio web del pueblo donde estoy viviendo a averiguar si podía hacerme un test ese mismo día. Un centro que no quede muy largo, porque vos sabes, necesito tener el fax cerca.

Descubrí que sí había un lugar, pero que hasta el martes al medio día me podían atender. Hice mi cita y me fui a la camita. Solo me levantaba a importar y luego exportar agua.

Para aguantar el viaje del día siguiente, en la noche del lunes abandoné toda actividad de importación acuífera y solo me quedé exportando.  «No vaya a ser y haya fila» me dije.

Me hice la prueba de COVID-19

El martes, con las completas me levanté antes del medio día y me fui a hacer la prueba de COVID-19. Como aquí todo es avión, siento que me hicieron llevar un posgrado antes de hacerme la prueba … yo mismo, porque ni me tocaron. De todos modos estoy casi seguro que me la hice mal.

Este es el video que me hicieron ver:

Covid-19 Drive up Testing

Y así mismo fue que lo hice.

Con la diferencia que yo no me rasqué el cerebro con el hisopo, cuando me lo metí en la nariz. Con costo me despeiné los pelitos de la nariz, fue como sacarme los mocos con cuidado, y de todos modos casi me pongo a llorar, gritando «no pueeedo, me duele mi naricita».

Alguien en Reddit puso este video de cómo se hace:

https://twitter.com/klara_sjo/status/1254919776515887105

Y yo sigo esperando a que alguien llegue a decir «así no es, basta con meter el hisopo un poco nada más». Pero casi 1500 mensajes han pasado y nada. Al parecer, si no tocas fondo, no vale.

Por eso digo, creo que me lo hice mal.

En fin, los resultados me van a llegar de 3 a 5 días después del examen, así que el fin de semana sabré la verdad.

Pero ¿Y la Curru? (disculpame la indiscreción)

Te voy a pedir que por favor respetes mi privacidad.

No mentira, la verdad es que gradualmente el papel del fax ha estado recuperando su contextura Bond 500. Todavía me truenan las tripas cada vez que tomo agua y no me atrevo a comer tacos de caballo (valen 1 dolar), pero creo que ya voy camino a recuperarme. El día de hoy, «solo» he mandado como 5 fax, y los últimos han sido como dios manda. Por otro lado, hoy pude levantarme de la cama a trabajar mis 10 horas normales.

Mi esperanza es que esos sean todos los síntomas y que yo sea uno de los afortunados que se recuperan sin más clavo (el 80%, según últimos datos que leí). Aunque también he pasado leyendo experiencias de otros infectados como yo, que empezaron con la Curru y a ellos al parecer les duró unos días y después pasaron a los síntomas respiratorios.

Al final, volvemos a lo mismo, no sé sabe. Todo está en el aíre y lo mejor es cuidarse la cara como que fuera casa de las Colinas con piscina, en pleno 1990 (#piñata).

Mientras tanto, yo ya cumplí con avisarle a los que más se preocupan por mi salud:

Comparto todo esto para que no les dé pena cuidarse, sobre todo cuando sienten algunos de los síntomas. Vayan al médico en cuanto sientan que sus vidas están en peligro. Yo estoy super pendiente y al primer problemita respiratorio salgo corriendo al hospital. Y eso no cambia, aunque me salga negativa la prueba.

A los que se están preguntando cómo pude haberme pegado de virus si me cuidé tanto. Pues, porque vivo con 3 mujeres que no se están quietas. Y aunque han podido aguantar bastante el confinamiento, de vez en cuando salen con sus mascaritas a la calle y seguro en una de esas me desgraciaron. Lo bueno es que si yo estoy pegado, ellas muy probablemente ya tuvieron y les pasó, sin darse cuenta.

Ojalá sea el caso. Pero bueno, volvemos a lo mismo, no se sabe nada con esto del COVID-19. Lo bueno es que Nicaragua, Daniel Ortega ya está empezando a tomar medidas ..

** Actualización 12 horas después de publicada esta nota **

Quiero agregar la entrevista que le hicieron a la Chef Hazel Cuadra, porque me parece relevante y porque ni quiera la araña negra peluda:

El testimonio de la chef nicaragüense Hazel Cuadra, contagiada de covid-19 en EE.UU.