Turista, si viene a Nicaragua, no traiga agua, porque te desnudamos

Turista, si viene a Nicaragua, no traiga agua, porque te desnudamos

Hace unos meses les hablamos de las maravillosas amenidades que incluye una estadía en el Chipote. Si recuerdan, fue gracias a los relatos de algunos de sus más distinguidos huéspedes que logramos revelar ese paraíso escondido que tenemos los Managuas allá por Tiscapa.

Pues bien, Rivas, como era de esperarse, no se quiere quedar atrás en el tema del Turismo Carcelario, así que la semana pasada probó un nuevo paquete que incluye desnudamientos excesivos, tocamientos y rayos X. Lo bueno es que ya tenemos las primeras impresiones de una clienta que por la módica suma de $500 logró vivir la experiencia completa. Este es su review:

«No había mujeres policías. Solo eran hombres. Me desnudaron. Me obligaron a meterme al baño a orinar. Fue la peor experiencia de mi vida, no tengo palabras para describir como me sentí en ese momento, porque me sentí atropellada, inocente de algo que me estaban culpando, de algo que yo jamás haría. Ellos preguntaron que por qué llevaba mis botellas de agua desde Costa Rica. Yo, por mi profesión de futbolista, tengo la disciplina de hidratarme; pero eso dio pie para que ellos preguntaran que por qué llevaba tanta agua, y que si tenía una sustancia prohibida en mi cuerpo».

La muchacha se llama Jacqueline Álvarez y es una tica-nica que se gana la vida como entrenadora profesional de un equipo de fútbol en Costa Rica. La suertuda se ganó el paquete turístico cuando venía rapidín a visitar a su abuelita que está muy enferma y sin querer cometió el delito internacional de traer botellas de agua. En su entrevista en el diario La Nación pueden leer el resto de la historia. Nosotros nos vamos a limitar a poner su último comentario:

«Somos un país hermano, y en mi caso lo digo porque tengo familia nicaragüense que no se comportan como lo hicieron conmigo esos oficiales, pero desgraciadamente tengo que decir esto: Jamás vuelvo a poner un pie en Nicaragua. Le pido a Dios que mi abuela siga bien, pero yo a ese país no quiero volver»