¿Te conviene tener tarjeta de crédito en la universidad?

¿Te conviene tener tarjeta de crédito en la universidad?

Hace un par de días me contaba un amigo que su primera tarjeta de crédito la recibió –sin solicitarla- sentado en una banca de la UCA y que lo único que le pidieron fue mostrar un recibo de pago de clases. Tiempo después aceptó una de las que te ofrecen en las gasolineras… y cuando se dio cuenta ya había acumulado deudas en 4 tarjetas de crédito! ¿Te suena conocido?
 

 
Aunque yo soy enemiga declarada de las tarjetas de crédito, la realidad es que no hay que satanizarlas –ni a ellas, ni a los bancos que las ofrecen-. Decir “estoy endeudado por culpa del banco” es como creer que “uno engorda por culpa del McDonald’s”. Seamos claros: de la misma forma que los restaurantes de comida rápida publican la cantidad de calorías en sus comidas, los bancos te indican la tasa de interés que vas a pagar en tu contrato.
 

¿Las tarjetas de crédito son buenas o malas?

 
Veamos 2 ejemplos: Por un lado, está el chavalo que consiguió una mejor tasa de interés en el préstamo para comprar su moto (es decir, pagar una cuota más baja) gracias al buen historial crediticio que formó con su tarjeta de crédito; y por otro lado, la chavala de 22 años recién salida de la carrera, que vive acosada por los cobradores del banco porque no puede pagar una tarjeta que no solicitó. En resumen, las tarjetas de crédito son un arma de doble filo. 
 
Analicemos entonces si te conviene o no, solicitar (o aceptar sin haberla solicitado) una tarjeta de crédito en la Universidad:
 

Posibles beneficios:

 
•Acceso rápido a crédito (¡dinero constante y sonante!).
•Empezar a construir tu historial crediticio.
•La oportunidad de ser disciplinado. No gastar más allá de lo que tenés.
•Pagar emergencias en caso que sea necesario.
•Aprender a usar correctamente el crédito (¡y hacerlo un hábito!). Pagar a tiempo tus deudas y no caer en mora. 
 
Sí, sí, todo eso suena maravilloso… entonces ¿cuál es el problema? ¿Por qué no puedo ir ahorita mismo a pedir mi tarjeta de crédito?
 

Posibles consecuencias:

 
•Cantidades industriales de deuda en tarjetas de crédito. Por vivir más allá de tus medios. 
•Dejar mal a tu aval (en caso que lo haya). ¡Dicen que cuentas claras conservan amistades!
•Arruinar tu historial crediticio. Lo que implicaría pagar intereses altísimos la próxima vez que consigás que alguien te preste.
•Perder tus ahorros, pagando tus deudas. No serías el primero con embargo salarial por deudas en tarjetas de crédito. 
•Gastar dinero en cosas innecesarias o inservibles (¡he visto cada caso!)
 
Una tarjeta de crédito puede ser una gran herramienta para financiarte a corto plazo, pero, si no sabés lo que estás haciendo, también puede ser la manera más fácil de cavar tu propia tumba. Es como tomar: si sos responsable, te podés divertir; si no tenés idea de lo que hacés… bueno, supongo que no tengo que explicarles lo que pasa.
 

Entonces ¿en qué quedamos? ¿Vale la pena o no tener una tarjeta de crédito en la Universidad?

 
En mi opinión: ¡Definitivamente NO! La experiencia muestra que la deuda que la mayoría de las personas tienen es por una tarjeta de crédito. No hay necesidad de que a esa edad solicités crédito. Si no sos capaz de gastar dentro de tus posibilidades –ya sea tu propio salario o el dinero que te dan tus papás-, en definitiva no podrás controlar el uso adecuado de este crédito y terminarás endeudado.  Si lo que querés es la facilidad de no cargar efectivo, podés solicitar una tarjeta de débito ;).
 
P.D. Si ya tenés una –o varias- tarjeta de crédito y querés saber qué tan bien la usás, podés hacer un test en este link:
 
 

 
Este post es una colaboración de Elaine Miranda, nicaragüense de 27 años y autora del blog Plata con Plática donde escribe sobre finanzas personales desde Taiwan. Pueden seguirla en su Twitter ó Facebook