Antes de hacer boicot a un negocio batracio, tenes que hacer esto (porque sino, es peor)

Antes de hacer boicot a un negocio batracio, tenes que hacer esto (porque sino, es peor)

En una Nicaragua actualmente ocupada por las fuerzas malignas del reino batracio (Policía Sandinista, paramilitares y EPS) ¿Cómo hace uno para ser libre? Y no me refiero al concepto abstracto de libertad, ese que aparece en el himno, que suena bonito, pero que nadie entiende realmente qué aplicación hay que bajar para poder usarlo.

Me refiero a libertad en un sentido más practico. Digamos, libertad para no ser sandinista y poder reunirse en una casa a hablar de política. O la libertad a armar una manifestacioncita en un lugar donde no interrumpe el tráfico, o afecta la libre circulación de las personas. O por último, libertad de pintar tu casa de azul y blanco.

Esas libertades no existen en Nicaragua. Y aunque parezcan extremas y algunos cheles piensen que estamos como en Corea del Norte, esas son tontera, comparadas a las más serias que sufren las madres y parientes de los que murieron (tratando de ser libres, por cierto). Ellos a su vez, ahora no son libres de reclamar por sus muertos, a los asesinos.

Lo bueno es que Masacrín es un rey misericordioso y a veces permite que se desahoguen sin dispararles en la cabeza:

Eso que ven ahí no es un derecho. Nadie es libre de hacer eso en Nicaragua. Es una concesión muy eventual, un privilegio que solo a veces le regala Daniel «El Masacrador de niños» Ortega a las madres de los que él mando a matar. Y es un ratito nada más, con los paramilitares ahí al lado vigilando, para que no ocurra el fenómeno conocido como «agarrar la gran vara».

Gracias por el recordatorio, tío Bacanalnica ¿A eso viniste hoy?

Esta introducción era necesaria para el tema que quiero abordar hoy. El de las formas alternativas de lucha en un país sin libertades.

El año pasado vi circular unos documentos ultra secretos que tenían más de 200 formas alternativas de lucha. Solo como 10 he visto que se hicieron. El prix Yaser Morazan parece narrador de beisbol hablando de COFAL, con eso de la desobediencia civil. Otros más aventados, insisten en que tenemos que salir a las calles y demostrar que no le tenemos miedo a Masacrín y sus fuerzas asesinas.

El problema es que sí le tenemos miedo y no vamos a salir a las calles. Al menos no en las cantidades apocalípticas que vimos el año pasado.

Es por eso, que la forma más usada, más querida y más efectiva de seguir en la lucha contra Masacrín y su reino batracio, es el boicot.

¿Le afectan los boicots a Masacrín?

Ya antes les he hablado de las 3 razas de sapos que hay hoy en día en el reino batracio:

Primero está el «Sapo Real», fácil de reconocer porque es apellido Ortega Murillo.

Luego el «Sapo Pochomil», llamado así porque es igual a esos perros flacos que no te dejan en paz cuando vas Pochomil y queres comer.

Y por último el «Sapo de a píe», la raza más silvestre de los tres. Generalmente los ves rotondeando o de paramilitares, montados en una Hilux buscando a quién matar.

Al Sapo de a píe obviamente no le afectan los boicots. Por eso se burlan y se ríen cuando salen nuevos sancionados con las Magnitsky Nica Act. Para ellos, que ni cuenta de banco tienen porque el mínimo es 1000 pesos (5 rototondeadas, al cambio oficial de la moneda batracia), esas sanciones financieras son estériles contra un revolucionario hijo de Sandino. No entienden que Gustavo Porras en realidad no vive en una casita para el pueblo y que para él, mover todo su dinero no se resuelve con «meterselos en el buche».

A Masacrín le afectan, claro, pero le cuerea golpear a alguien que le cascó 5 mil millones de dólares a Hugo Chavez. Sobre todo porque en los boicots vas de 20 pesos en 20 pesos. Ya lo intentamos con las Petronic, aquellas gasolineras que existían antes y que luego se convirtieron en estadios olímpicos donde se organizaban campeonatos de desmoche. El problema es que Masacrín no solo es dueño de esas gasolineras, también es el que le vende la gasolina al resto de gasolineras de Nicaragua.

O sea que el maje gana por partida triple: gana por vendérsela al taxista que está obligado a ir a una ex-Petronic (porque si no le cae la cooperativa y el gobierno le quita la placa). Gana por la distribución que le vende a esa y a todas las gasolineras del país (porque solo Alba-Masacrín tiene licencia) y gana por el impuesto, que también tienen que pagar todas las gasolineras y todos los que compran gasolina.

Por eso, a los que realmente podes destruir con un boicot, es a los Sapos Pochomil. Los que comen de los huesitos y las escamas que dejan los compañeros Ortega Murillo cuando terminan de comer pescado a la Tipitapa en Pochomil. A ellos los quiere ayudar, la hija Masacrín (la que no lo ha acusado de violación .. todavía):

Pero ese tipo de boicot, es muy complicado

En lo que va del año, hemos visto por lo menos 10 listas de negocios batracios a los que hay que hacerles boicot. Y en todas, siempre sale un negocio que no merecía el boicot. ¿Cuántos negocios no-sapos se han ido en la balastra? Como dice el dicho, unos a la bulla y otros siempre buscando como fregar al vecino que le hace competencia. Porque recordemos, al final de cuentas, esto es Nicaragua, aquí los baldes con langostas no necesitan tapa.

Un caso bastante público, aquel de la pasta de diente Ahorcate, recuerdan? Yo dije en ese entonces:

Como Nicaragua es un mercado pequeño, pequeño fue también el nivel de importancia que le dieron a la “investigación” de los “influencers” más famosos del país para mandarles una pasta de diente con un dibujo personalizado. Pueden estar seguros que el oficinista que hizo esa lista no vive en Nicaragua y le vale sorbete si en esa lista iban batracios (porque vos sabes “es Nicaragua, a quién le importa?”).

Los majes que trabajan para Colgate y que sí viven aquí tampoco deben haber sido consultados, porque de nuevo, “es Nicaragua”.

Pero por culpa de ese ejecutivo de marketing que ni en Nicaragua vive, ¿Cuántas impulsadoras, cuántos choferes, cuántos vendedores mordieron el leño? Lo más seguro es que ninguno de ellos sea sapo, pero ideay, vos sabes, es la única manera de protestar en un país sin libertades.

Es por eso que yo quiero hacer otra lista. Diferente. Yo quiero hacer la lista de negocios que de pronto agarraron color de batracios, pero que no lo son. Tal vez estamos a tiempo de rescatar aunque sea uno de esos negocios que están sufriendo injustamente. ¿Qué dicen, me ayudan? Mandenme por esta vía, o por cualquier otra, pública o privada, los negocios que están o estuvieron en esta situación. Yo luego busco la manera de compartir la información. Que sirvan para algo los casi 400 mil que supuestamente siguen este blog (verdad Facebok y Twitter?).

Y siganle con los boicots a negocios batracios, pero con responsabilidad. Confirmen antes. Y no crean todo lo que leen en Internet. ¿Oíste mama?