Así va la venta de Bonos: Nica Act casi aprobada, IEEPP cerrado y Wels Fargo se va de Nicaragua

Así va la venta de Bonos: Nica Act casi aprobada, IEEPP cerrado y Wels Fargo se va de Nicaragua

Hoy tenía planeado escribirles rapidito sobre economía. Pero entonces vino la noticia de los bancos gringos que se van. Luego lo del IEEPP y ahora lo de la Nica Magnitsky Act. Así que ahora, en vez de rapidito, será larguito explicatido, porque hay mucho que desempaquetar. No se aflijan, no se van a aburrir.

En el capítulo anterior de esta serie sobre la economía de Nicaragua (alias lo que finalmente nos va a liberar de Daniel «El Masacrador de niños» Ortega) vimos como el plan del Gobierno para salir del hoyo eran los Bonos. Porque la recaudación está en el piso buscando el sótano y los préstamos / donaciones de fuera no caen por lo masacrador del presidente Ortega.

Pues bien ¿Cómo le ha ido al plan maestro de vender bonos que van a salvar la economía del país? Digamos que no como Masacrín esperaba.

Prix, cómo es eso de los bonos?

Los bonos son una especie de pagaré que los países emiten cuando están en las malvinas. Nicaragua, cuando no tenía problemas serios de derechos humanos, emitía unos 3 mil millones en bonos y los vendía más o menos fácil.

Alguien, ni idea quien (vos sabes, la transparencia de Masacrín) le compraba a Nicaragua $100 en bonos y un año después recibía $108 (o algo así). Es decir, había un retorno alto, porque el riesgo era alto.

¿Qué? ¿8% no te parece alto? Pues los bonos de Estados Unidos, por ejemplo, te dan apenas un 1% de retorno. Así que sí, el retorno siempre ha sido más alto.

Para que des una idea, en el 2017 el Gobierno de Masacrín puso a la venta unos 3,600 millones en bonos, pero logró vender solo 3,200.

No es tan malo, casi el 90% de la meta fue cumplida. Los compradores desconfiaban de Masacrín, pero no tanto.

¿Cómo van los bonos en el 2018?

Este año, antes de abril, la meta era vender otra vez los mismos 3 mil y pico de millones. Luego, vino la crisis de socio-política de «nos están matando los paramilitares de Daniel Ortega» y Masacrín mandó a subir en agosto la meta a 12 mil y pico de millones (aumentó 9 mil millones pues).

Para septiembre, el gobierno apenas había vendido 1,600 millones. O sea, la mitad del año pasado.

El secreto de la economía es la «Confianza»

«Avión» dirán los batracios, «el Comandante nos va a sacar de ésta con sus estrategias socialistas del siglo 21». Pues, no sé como decirte mi querido sapito, pero los bonos eran la estrategia para salvarnos. Porque a diferencia de Venezuela, nosotros no estamos nadando en petroleo.

Los bonos iban a tapar el gran hoyo en la economía del 2018, pero para eso necesitamos generar «confianza». Algo que no hemos podido y más bien vamos de mal en peor.

Ahora presentamos a «peor»

Cada vez es más difícil para Masacrín vender los bonos. Para empezar, nuestro record crediticio bajó un palito hace un par de semanas (de B+ a B- según Fitch).

Eso es como cuando queres ir a la Curacao a fiar una cocina, pero estás ensartado con un televisor plasma y dos abanicos desde el 2003. Puede que te presten, pero vas a tener que dejar las llaves de tu caponera «por si acaso».

Súmenle a eso la ley Nica Magnitzky Act está 99% aprobada (hoy salió del Congreso gringo directo para el escritorio de Trump), que Wells Fargo (uno de los bancos gringos más grandes) prefiere no juntarse con los bancos de Nicaragua y que Masacrín hoy eliminó la personería del IEEPP (una de las ONGs que más estudios hacía sobre la transparencia financiera del gobierno).

Es como cuando te caes en un pozo y en vez de pedir una cuerda, gritas que te tiren una pala y un taladro, porque vos viste en Bugs Bunny que era más fácil llegar a China por abajo.

En otras palabras Masacrín, esos bonos ya no los vendiste ni que te hagas loco.

La quiebra del Gobierno es un hecho para el 2019

Sin bonos, ni préstamos, ni donaciones, es un hecho que en el 2019, el gobierno de Nicaragua no tendrá suficiente dinero para pagar sus costos. No es predicción, no es proyección, es un hecho, una garantía.

¿Qué pasará entonces?

Como en cualquier empresa o familia que no ajusta con lo que gana, lo que viene ahora es recortar y vender. De hecho empezó este año. Silenciosamente Masacrín ha corrido a centenares de trabajadores del Estado y al suave anda vendiendo todo lo que no está pegado al piso en algunos ministerios.

Ese es su plan para terminar con las completas al 2019. El 2020, ni él mismo se cree el cuento que puede llegar.