Promesas de campaña

¿El orteguismo y el sandinismo son la misma cosa? Ponemos fin a la discusión de una vez por todas

Hombre, me disculpan pero ya estoy un poquito harto de la necedad de los que insisten en separar el sandinismo del orteguismo. Me excusan el francés, pero que friegan con eso.

¿Qué les parece si lo hablamos de una vez por todas y así dejamos de perder el tiempo en discusiones futiles?  Tal vez después podemos volver a centrar nuestra atención en los temas verdaderamente importantes, como la confusión que tienen unos sobre las rosquillas de Rivas y su contraparte (de menor calidad) en Somoto.

¿Qué es el sandinismo?

Vamos al grano, cuando hablamos de sandinismo nos referimos a una de dos cosas:

  1. A todo lo relacionado con el partido político
  2. A una ideología inspirada en el nacionalismo de Augusto Calderón Sandino.

¿Son lo mismo? No necesariamente. Pero están relacionados.

Historia del sandinismo

Años después de la muerte de Augusto Calderón Sandino, un grupo de chavalos funda en 1961 el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Según ellos, es un movimiento armado para derrocar a la dinastía de los Somoza, inspirado en lo que hizo Sandino en los años 30.

Carlos Fonseca es el líder del movimiento y el responsable de tanta obsesión con Sandino. Incluso escribe un libro (Ideario de Sandino) que podría tomarse como el punto de partida de la ideología sandinista, así como del partido sandinista.

Sandinismo, el movimiento

Carlos Fonseca se mantiene como líder del sandinismo hasta 1975, cuando el movimiento se divide en 3 (las famosas tendencias) y en 1976 muere asesinado por el Somoza de turno, así que no logra verlo reunido nuevamente.

En el 79 como sabemos, el movimiento sandinista logra liderar la insurrección contra el gobierno de Somoza e inicia su conversión en gobierno y partido.

Hasta 1984, cuando se dan las primeras elecciones pos-Somoza en Nicaragua, el partido FSLN fue manejado por una junta directiva de 9 comandantes. Pero con las elecciones de ese año y el posterior triunfo del nuevo presidente, Daniel Ortega, el partido sandinista ya tenía un solo líder.

Daniel Ortega se robó al sandinismo

Primero hagamos las cuentas:

Carlos Fonseca fue el jefe de los sandinistas de 1961 a 1975 = 14 años
De 1976 a 1983, los sandinistas tuvieron varios jefes a la vez, entre ellos Daniel Ortega = 7 años
De 1984 a 2019, los sandinistas han tenido un solo líder, Daniel Ortega = 35 años

Cuando algo ha tenido tu nombre más tiempo que cualquier otro nombre, no es robo.

Además, varios han tratado de «quitarle» el FSLN a Daniel Ortega en estos 35 años (Sergio Ramirez, Vilma Nuñez, Herty Lewites) y ninguno ha podido.

¿Por qué no han podido? Hay versiones de versiones, pero al final del día se resume en que el FSLN quiere tanto a Daniel Ortega, como Ortega quiere al FSLN.

En mis tiempos sí era sandinismo, no como ahora

Cuando estas viejo, oís la música moderna como la peor basura de la historia, que no merece ser comparada con las obras maestras de tus tiempos.

Desde su fundación en 1961, hasta el fin de la guerra civil en 1990, el sandinismo nunca fue cívico. No vamos a discutir las razones, buenas o malas, pero cívico no fue. Incluso del 90 al 2007, cuando «gobernó desde abajo», el sandinismo siempre tuvo expresiones que no eran del todo cívicas.

¿Autoritario? Check.

¿Represor? Check.

¿Destructor de la economía? Check.

Del 80 al 90 y ahora en el 2018, todo eso es sinónimo de sandinismo.

Vos estás confundido, todo eso es orteguismo

No prix, vos estás confundido. Los únicos que ven alguna distinción entre el sandinismo de antes y el tal orteguismo de ahora, son los que antes estaban del otro lado. Los que no iban presos por pensar diferente. Los que no se tuvieron que exiliar para huir de la guerra. O los que no perdieron todo por culpa de una confiscación o de la bancarrota de la economía.

No es el sandinismo el que ha cambiado. El que cambió fuiste vos. Todos esos comandantes, militantes históricos que ahora quieren «rescatar al sandinismo», les decimos «no gracias».

¿Y sabes qué es lo peor? Que en la mayoría de los casos, ese cambio de «los históricos» no es porque el sandinismo haya evolucionado. Nada que ver. El cambio en sus vidas vino porque el sandinismo en algún momento les dijo que preferían dejar en manos de Daniel Ortega el futuro del partido y a ellos los expulsaron.

Debo confesar que desde el 19 de abril yo aquí he escrito varias plegarias camufladas a los supuestos «sandinistas de verdad». Les he pedido que demuestren como es eso que el sandinismo de Ortega es otra cosa. Pero como saben, nada ha pasado.

Al contrario, las encuestas dicen que Daniel «El Masacrador de niños» Ortega goza con el respaldo del 23% de los que se consideran sandinistas y el 11% de los que no tienen problemas con decir que son orteguistas. Ese es el mismo 34% de toda la vida.

Entonces ¿Se puede admirar a Sandino y no ser sandinista? Pues claro. Yo lo admiro. No tanto como a Benjamin Zeledón, o a Pedro Joaquín Chamorro, o a doña Violeta o a mi tío Manolo Morales. Recientemente empecé a admirar a Lesther Alemán y a Victor Cuadras por lo que hicieron el día del diálogo.

De hecho, muchas de las personas que admiro en algún momento tuvieron afiliación con el partido sandinista. Pero eso no me hace sandinista a mi, y más importante aún, eso no cambia en nada al sandinismo que ya conocemos.

Así que compañero, deje de idealizar la música de sus tiempos, créame, no era tan buena como piensa. Y de paso, deje ir esa idea romántica que el sandinismo es diferente al orteguismo.

**Actualización 12 horas después**

Por el volumen de comentarios que ha generado este artículo (más de lo común), creo que vale la pena aclarar un poco mejor cuál era el punto. La idea nace después de ver a Hugo Torres corregir a Miguel Mora sobre el uso de «sandinismo» en IV Poder. Yo lo tomé personal

¿Se puede llamar sandinismo a todo «eso» que hemos visto en los últimos meses? Sí, porque lo es. Y mi argumento es este artículo.

¿También lo pueden llamar de otra forma (orteguismo, daniliesmo, etc.)? Si quieren, pueden llamarlo como quieran, pero no por eso deja de ser sandinismo.

Yo acepto que alguien me diga que el sandinismo puede cambiar. De hecho me gustaría verlo, por eso he escrito tantos artículos este año, llamando a los «sandinistas de verdad» a recuperar su partido (porque en los 80 la excusa era la guerra fría, pero ahora?).

Lo que NO acepto es que alguien venga y me diga que «eso» que hay ahorita no es sandinismo. Sobre todo porque cuando dice «ahorita» se refiere en realidad a los últimos 40 años de historia en Nicaragua.