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Estos 3 grupos son las más afectados por la ley del ciberdelito ¿Vos en cuál estas?

Es obvio que una ley sobre Internet, va a ser noticia en Internet. Desde ayer, que se hizo pública la nueva ley para regular los Ciberdelitos en Nicaragua, solo se habla de una cosa en redes sociales, medios y lo que sea que es WhatsApp (mensajería + plataforma?).

Yo ya escribí mi compendio sobre la ley, comentando artículo por artículo, pueden leerlo en la nota de ayer La interpretación completa de la nueva ley contra los Ciberdelitos en Nicaragua (y análisis gratis).

Hoy, hace unos minutos, nos dimos cuenta que Daniel «El Masacrador de niños» Ortega tiene además una «Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2020 – 2025» donde, entre otras cosas, dice que quiere crear a los avengers batracios, para proteger a Nicaragua contra los peligros del ciberespacio.

Estoy seguro que los majes que pasan todo el día hablando bellezas del patrón y la Vieja Arrimada en Twitter, serán excelentes candidatos para ser el Thor y el Capitán América. Porque saber usar Twitter en el Reino Batracio, es equivalente a ser hacker.

Tío Bacanalnica, no me digas ¿otro análisis artículo por artículo?

No te aflijas que esa ley de la estrategia no la voy a comentar. Ahorita.

Más bien me gustaría pintarles un lindo cuadro, sobre los alcances de la Ley de ayer (del Ciberdelito), ahora que ya se asentó el chingaste y tuve tiempo para reflexionar.

Empecemos a pintar el paisaje …

¿A quién afecta esta ley del Ciberdelito? A simple vista, tres grandes grupos son los más afectados:

Primer grupo: a todo aquel golpista que tengan de a cuartita

Esta ley se convierte en la excusa perfecta para echar preso a cualquiera, en cualquier momento. Pensalo, estas vos tranquilo disfrutando de la acera de tu cuadra, cuando pasa una patrulla de la Policía Sandinista. A lo improsulto, te piden el teléfono.

Vos, que no sos lo suficientemente rápido para ganarle corriendo a una bala de AK, se los das resignado. Bueno, desde ahí, ya estás chicle, porque en ese teléfono hay un buffet de delitos que encajan fácilmente en los artículos de la ley del ciberdelito. Desde bullying al Parásito Navarro, hasta fake news por decir que Masacrín es dictador. Cadena perpetua para vos y solo necesitaron ver tu teléfono.

Es la herramienta perfecta de represión. El cuerpo del delito está en tu teléfono y como vos nunca lo soltas, está siempre ahí, disponible. Ya no van a tener que ponerse creativos, diciendo que quemaste la Radio Ya. La prueba de tu golpismo terrorista estará siempre a un tap de distancia.

Es por eso que desde ahora, cuando veas cerca a un policía acordate de “A pavimento usque ad fragosus”.

«No sé latín» me vas a decir ahora. Yo te recuerdo que en la nota «Las mejores formas de proteger tu teléfono vandálico terrorista (de la Policía Sandinista)» aclaramos esta y otras tecnicas de seguridad. Para refrescarte la memoria:

Una técnica infalible es la de “a pavimento usque ad fragosus”, que no es más que “darle contra el piso”, solo que la traduje al latín para que sonara más pipirisnais. No tiene ciencia, agarras el teléfono y lo tiras con todas tus fuerzas contra el piso para que se quiebre. Solo procura que el piso no sea una grama o tierra. También lo podes tirar al vacío, pero en este caso puede que el policía batracio te mande a buscarlo.

Una medida más extrema podría ser no volver a usar Internet. Ni teléfono, ni computadora. Así, aunque te agarren, no van a poder aplicarte la ley del ciberdelito si vos no usas nada ciber.

Suena como el antídoto perfecto, hasta que recordas que en Nicaragua, el policía, el fiscal y el juez, todos son empleados de Daniel Ortega y por cumplirle al patrón, no tienen problemas en fabricar todas las pruebas que sean necesarias.

Segundo grupo: los que publican cosas golpistas de la derecha, sin ocultar su nombre

Es mentira que la Policía Sandinista va a caerle a todo aquel que escriba en Facebook cosas feas del patrón. Primero porque no hay cárcel pa’ tanta gente. Y segundo porque a Facebook le vale sorbete las leyes del Reino Batracio. A todas las empresas del mundo les vale lo que diga Masacrín.

O sea, que si alguien, con un nombre falso, escribe en Twitter o Facebook que Nicaragua vive en dictadura, la única forma que tiene la Policía para saber quién fue ese golpista, es usando los registros privados de Facebook o Twitter. Y como nunca de los nuncas se los van a dar, pues, ahí murió todo.

Representación de la Policía Nacional solicitando datos a Facebook

Pero ¿qué pasa si el golpista no oculta su identidad? Es decir ¿qué pasa con los que firman con nombre y apellido lo que escriben en Internet?

Por eso es que los periodistas están pegando el brinco, porque según esta ley, todo lo que escriben podría ser considerado como fake news. O incitación al odio. O cualquier otro delito de los que existen en la ley. ¿Publicar una filtración, sobre un funcionario público? También viene con premio.

Y no solo los periodistas. Todo el que escribe cosas en Facebook o Twitter. También va para el que hace videos en Youtube o Instagram. O para los políticos, opinadores, expertos, influencers. Todos están chicle. Son identificables. A estos sí les pueden mandar la patrulla, casa por casa, plan recorrido escolar.

Yo por ejemplo, por cada vez que escribo «Masacrín» tendría ganados unos 4 años de cárcel. Ni viviendo 500 años pago esa deuda.

Tercer grupo: los que trabajan con tecnología

Y por último, un tercer grupo de perjudicados con la ley del ciberdelito, son los pobres ingenieros, que por cualquier error pendejo, pueden terminar como delincuentes.

Hasta los doctores están más protegidos que los operadores de microcomputadoras. Porque cuando un doctor comete un error, no es automáticamente delincuente. Primero tenes que probar negligencia.

En el caso de los informáticos, con solo probar imprudencia, ya está chicle el pobre maje.

El jefe le pregunta a su subalterno por qué lo llamó la policía, si el técnico responde, ya es delincuente.

Un Policía batracio, le pide todos los datos sobre un cliente, el técnico encargado de administrar esa información en el BAC, no se puede negar.

En fin, ser ingeniero o técnico se acaba de convertir en la profesión más peligrosa de Nicaragua, después de la de vendedor de chimbombas azul y blanco.