Exclusiva: Nicaragua descubre de dónde no le viene el gen de “cantante” a Laureano Ortega Murillo

Exclusiva: Nicaragua descubre de dónde no le viene el gen de “cantante” a Laureano Ortega Murillo

Durante años y años, la ciencia mundial había enfrascado a sus mejores cerebros en la búsqueda de una respuesta científica a ese gran misterio de Nicaragua: el origen del extravagante gusto de Laureano Ortega Murillo por el canto.

Y vamos a explicarlo: al mundo le sorprende que alguien cuya familia se dedica a matar, robar, mentir, delinquir y hacer el mal a todo Nicaragua, tenga una vocación por los conciertos y no cualquier concierto, sino por la ópera.

Y no es que el chigüín sea un tenor cuya tesitura está situada entre la del contratenor y la del barítono, con extensión o amplitud vocal en el índice acústico internacional, desde el Do hasta el La, en canto coral, y desde el Do, hasta el Do de pecho, en solos sostenidos.

No, el muchacho quiere y hace la fuerza, la mueca y la mímica (casi compite con Chayán de Pochomil), pero lo sorprendente, reiteramos, es que le gusta tomar el micrófono y lanzarse su respectiva trova.

Las cerebros más grandes en función de un misterio llamado Laureano

Para coronar tan inasequible hazaña, mandamos a llamar a las mentes más brillantes que la raza humana (y adyacentes) puede ofrecer. La crema de la crema, o sea la crema de Camoapa de la ciencia:

  1. Sociedad Americana Contra el Cáncer – Estados Unidos
  2. Instituto Broad del MIT – Estados Unidos
  3. Instituto Whitehead para la Investigación Biomédic – Estados Unidos
  4. Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer – Francia
  5. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz – México
  6. Wellcome Trust Sanger Institute – Reino Unido
  7. Cancer Registry of Norway Institute of Population-Based Cancer Research – Noruega
  8. Instituto Finlandés de Salud Ocupacional – Finlandia
  9. CREAL – Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental – España
  10. Dana-Farber Cancer Institute – Estados Unidos
  11. Instituto Médico Howard Hughes – Estados Unidos
  12. Laboratorio Europeo de Biología Molecular – Alemania
  13. Instituto de Ontario para la Investigación del Cáncer – Canadá
  14. Laboratorio Cold Spring Harbor – Estados Unidos
  15. CRP-Santé – Luxemburgo
  16. Centro Internacional sobre la Investigación de Enfermedades Diarreicas de Bangladesh – Bangladesh
  17. Netherlands Institute for Developmental Biology – Países Bajos
  18. Instituto Suizo de Bioinformática – Suiza
  19. Instituto de Física Subatómica NIKHEF – Países Bajos
  20. Instituto Gustave Roussy – Francia
  21. NASA Estados Unidos.

Tal vez porque nos hicieron el trabajo al fiado, pero el caso es que tras cientos de horas discutiendo y haciendo análisis los reputados científicos no encontraron el gen del canto de Laureano.

Ya casi terminaban de redactar el informe científico atribuyendo la vocación cantante del muchacho a un milagro de la naturaleza, cuando desde San José, llamé urgente al jefe cobrando los dos meses de pago atrasados y de paso para comunicarles que tenía la pista que iba a explotar este misterio en mil pedazos.

Después de la promesa del jefe «que el pago de este mes no pasa», accedí a compartir la pista sobre el misterioso gusto de Laureano por el canto.

La bomba viene directamente desde los archivos de La Prensa

Resulta que como andaba palmado, empecé mi acostumbrado recorrido coyotezco por el cuartito que renta un colega de La Prensa en San Chepe, para pedirle prestado 15,000 colones. Siempre con la promesa de que el pago de Bacanalnica «de este mes no pasa».

A como manda el protocolo del coyote, desde que entré al cuartito me puse a fiscalizar si había algún bocadillo por ahí mal parqueado, para saciar el apetito maltratado por los altos costos de la vida en Tiquicia. Y dado que solo había café aguado y un bollo de pan de queso «algo» duro (aunque en el ambiente había un tenue olor a pollo tapado en algún rincón del cuarto), no tuvo más que aceptarlo, agarrar los 5,000 colones que me prestó el colega –se declaró en quiebra- y le pedí la contraseña del wifi para ver Facebook.

El colega de La Prensa me dio la clave y como queriendo cobrar el favor, me pidió el favor de revisarle una notita de prensa para ver si estaba bien o le faltaba algo.

Yo, como buen reportero de Bacanalnica sucursal San José, que suele darle largas y largas al asunto antes de soltar la bomba, le revisé la notita, le edité una tilde de más y corregí 2023 en vez de 2032. También aproveché para piratear un rato de Magazine, el suplemento de La Prensa que se quiere parecer a Bacanalnica, pero sin gracia.

Ahí estaba la piedra que andaba buscando: una crónica testimonial de cómo el bachiller Daniel Ortega, de oficio Roba-bancos, había caído preso e interrogado en 1967 por anda asaltando bancos y matando gente.

La partitura que cantó Daniel Ortega es extensa

El documento íntegro del interrogatorio era revelador: Ortega había descubierto en la cárcel su vocación por el canto. Cantó tanto, pero tanto, que dicen que las torturas que le aplicaron no fueron para que hablara, sino para que dejara de hablar.

Y es que el futuro Masacrador de Niños no solo delató a sus compinches de armas, sino hasta a la vieja que le fiaba el queso en la pulpería, hasta el señor que le dejaba el cachito de lotería al crédito.

Ortega, en su nueva vocación artística, cantó los nombres, pelos, señales y marcas de 18 socios suyos y las direcciones de las casas de seguridad, sus dueños, sus vecinos y hasta el que pasaba enfrente vendiendo raspado.

Por eso, al final, cuando le pregunta el interrogador a Ortega si pensaba agregar más a su amplia, extensiva y bien detallada canción, el bachiller le responde

¡No jodás! Y qué más voy a decir, si ya quemé hasta a mi tía

Daniel Ortega, el cantante

Y no se crean la propaganda. No cantó aquella trova de mi tío Carlos Mejía Godoy que hablaba de un guerrillero al que atraparon los guardias y tras interrogarlo dijeron: “Jamás pudimos sacarles, más palabras las mismas, soy y seré militante de la causa sandinista…”.

De modo que el misterio que los mejores cerebros del mundo no pudieron revelar, lo descubrió la palmazón y el hambre de este corresponsal Bacanalnica en San José: el gen de cantante de Laureano Ortega Murillo es inexistente. Por eso canta tan horrible. Pero la vocación y el rigio inexplicable, viene del concierto de su padre en la cárcel, allá en sus años mozos, cuando en una sentada cantó más que Luciano Pavarotti en sus 50 años de carrera.

“Diga Ud. si tiene algo más que agregar?”

Y que más iba a agregar si ya había bombeado todo. #DanielOrtega además de asesino y violador también traidor a sus propios compañeros #SOSNicaragua