daniel ortega violador

¿Por qué en Nicaragua las mujeres no pueden marchar el 8 de Marzo?

Esa es una pregunta capciosa. En realidad, no pueden marchar ningún día del año. De hecho, ningún nicaragüense, de ningún género, puede marchar. Excepciones a la regla: si vas corriendo tragándote el humo que despide el tubo del escape del bus que acarrea al Comandante cuando sale a hacer la mueca el día del Repliegue – que claro, no se hace el día del Repliegue. O el 19 de Julio. O cualquier fecha que implique paseo obligatorio para el dictador.

A pesar de que las calles están vedadas al pueblo, un grupo de ciudadanas se manifestaron dentro de la Universidad Centroamericana.

Mujeres protestan pese al extremismo control de la dictadura
Cortesía de Boletín Ecológico.

El colmo de la paridad

La terrible ironía del Día de la Mujer en Nicaragua es que las políticas opresoras son co-ideadas y co-ejecutadas por la vice presidenta Rosario Murillo. Además de pasearse en la música de protesta, el rock nica, la ópera y la moda, la dictadura se echó en el sacó la legítima demanda de paridad. Ahora, cualquier machista puede decir que las mujeres pueden ser tan malas como los hombres: «¡Ve a la Chayo!». Pero claro, nadie te dice que los hombres son malos, basándose en Daniel.

Sellando el 50/50

Mucha alharaca hace la pareja dictatorial con su supuesta repartición del poder, en la que «el comandante» y «la compañera» se reparten 50/50 el poder. Nunca nadie ha explicado como funciona eso, pero para ellos es suficiente que sus bases acepten la información con la docilidad que aceptan todas las barbaridades del régimen. El problema no está en que una mujer «mande», sino en que este arreglo es producto del nepotismo más burdo.

En ningún país civilizado es bien visto que marido y mujer se repartan el poder ejecutivo, por eso, nadie comenta ni elogia el «arreglo» de los Ortega Murillo. A veces, los números crudos relativos a contratación pueden robarse uno que otro títular – que después es amplificado por los medios oficialistas en Nicaragua -, pero las sutilezas se escapan.

Nicaragua esta en el quinto lugar a nivel mundial en cuanto a la equidad, los espacios de participación de las mujeres.

Daniel Ortega, Marzo 8, 2020

Sí, seguro. Lo que no dicen esas cifras, es que los funcionarios de Estado, hombres y mujeres por igual, son básicamente pasa-papeles y aprieta-botones. No tienen incidencia personal, que vaya más allá de seguir las destrucciones que les mandan «desde arriba». ¿Qué clase de equidad es esa? Equidad para ser humillados por igual. ¿Cómplices por igual?

La sobreviviente inconveniente

La violencia contra la mujer es uno de los pecados capitales de la sociedad nicaragüense. Y contribuyendo a su normalización, tenemos a la la flamante vice-dictadora, que en lugar de apoyar a su hija, acuerpó al abusador y renegó de ella. No satisfechos con eso, ya en el poder, quisieron borrar el recuerdo de ese episodio, acosando a Zoilamérica hasta el extremo de que se exiliara en Costa Rica. Para no darles gusto, pueden ver el extraordinario documental «Exiliada», producido y dirigido por Leonor Zúniga – ¡cine hecho por una mujer nicaragüense! – Disponible para verse en streaming aquí.

La película que los Ortega Murillo no quieren que veas. No les des gusto. ¡Vela!

El poder de la negación es…poderoso.

Ciegos a sus contradicciones, los dictadores salen a «celebrar» el Día de la Mujer. Primero, la Compañera Rosario se tiró sus comunicado, con un nuevo hito en sus «victorias»:

«Y las Mujeres hemos venido caminando, hemos venido haciendo valer nuestra Ciudadanía Planetaria, nuestros Derechos, nuestras Voces Valientes, Fuertes, desde la Ternura, a la que no renunciamos.»

Rosario Murillo, Marzo 8,2021

Ya saben, chicas…cuando vayan a Marte a saludar a Donny Varper, no olviden presentar su certificado de Ciudadanía Planetaria terrícola, para recibir tratamiento VIP.

«¡Hola, terrícolas!»

Al caer la noche, se abre el sarcófago…

…y sale Masacrín © (Copyright Bacanalnica). Después de una ausencia de 15 días, volvió más taciturno que nunca. No crean que pasó de vago. Volvió a ver por enésima vez todos los capítulos de «Elite» en Netflix – porque las muchachas que salen ahí son troncos de actrices, no sean mal pensados – . Por aquello de que es noche temática, sentaron a puras mujeres en la mesa. Un premio al que nos diga cómo se llaman las doñitas. Son tan anónimas, que les deberían de pegar una calcomania en la blusa, con su nombre en letras rojas.

Por una vez, estuvo justificado que la Mano Pesada fuera la telonera. La compañera abrumó con su verborrea a los presentes, para que estuvieran receptivos al arrollador ejercicio de oratoria que el Comandante había preparado.

Mentiras, no fue arrollador, y no preparo nada. Recicló el mismo discurso que ha dado en sus últimas cinco apariciones. Tanto así, que si quieren el análisis, lean el que escribimos de la vez pasada.

A lo sumo, añadió algunos numeritos sobre la contratación de mujeres en el gobierno. Ojalá sacaran la cuenta de cuánto dura la gente en el cargo…a este paso, cuando entreguen el poder en el 2022 (se vale soñar), todas las afiliadas a la Juventud Sandinista habrán sido Ministras de la Juventud por un día.

El Show de Daniel y Rosario es, por regla, patético, pero nunca es más cruel como cuando sus contradicciones se hacen tan evidentes.

A pesar de sus lindas palabras revolucionarias, la Compañera Rosario es mas reaccionaria que el esqueleto de la Nicolasa Sevilla. No dudó en cerrar las Comisarías de la Mujer, para vender el espejismo de que en su gobierno la violencia de género ya no era un problema – y cuando las reabrió, les sacó el jugo en propaganda -. Para sellar su trato con los sectores más conservadores de la Iglesia, criminalizó la interrupción del embarazo por razones terapéuticas. A la hora de defender a su propia hija de un depredador sexual, acuerpó al criminal. Lo de ella es el patriarcado. Su canción favorita es «Stand by Your Man». Cualquier día de estos, la piratean para la próxima canción de campaña de Masacrín. Lo siento, Tammy Wynette.

Y entonces, ¿qué celebramos?

Pues, celebremos a las mujeres que no cejan en reclamar lo justo. A las jóvenes que participaron en el movimiento Ocupa INSS, antesala del estallido del 2018; en las muchachas universitarias que salieron a la calle a protestar en contra de la reforma a la Seguridad Social, o demandar el rescate de la reserva Indio Maíz. Celebremos a las mujeres que apoyaban las protestas estableciendo redes de apoyo. Celebremos a las mujeres secuestradas y convertidas en prisioneras políticas. Celebremos a las exiliadas que tienen que empezar de cero en países extraños, en las líderes de la oposición, pulsando por espacio entre sus propios compañeros de lucha. Celebremos a las feministas que llevan años luchando por reivindicaciones básicas. Celebremos a las mujeres que luchan por regenerar la política de este país. Celebremos a Zoilamérica Narvaez, que tuvo el coraje de advertirnos sobre el peligro que corría el país. Celebremos a las abuelas, madres, hermanes e hijas de los asesinados por la dictadura. Y esperemos que el próximo Día de la Mujer pueda celebrarse en una Nicaragua libre.